A finales de mayo, las reservas de nieve en la cuenca del río Noguera Ribagorçana multiplicaban por 15 el volumen registrado en el mismo mes del 2007, según estimaciones de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Más espectacular aún es el caso de la cuenca del Noguera Pallaresa, donde la nieve acumulada estos días supera con creces las reservas medias de los últimos cinco años. La CHE calcula que esta nieve proporcionará, cuando se funda, unos 138 hectómetros cúbicos de agua a los embalses. En el Vall d'Aran, los grosores de esta primavera triplican los de la pasada.
Los responsables del organismo no descartan que este año se produzca "un segundo deshielo", algo más tardío y rápido que el de la primavera, pero suficiente para reforzar las reservas de los embalses del Pirineo, indicó el comisario de Aguas de la CHE, Rafael Romeo.
Lluvia cada día
El origen de esta situación son las copiosas nevadas caídas en la zona a mediados de abril, cuando se acumularon los mejores registros de nieve de la temporada. "Desde abril, en el valle ha ido lloviendo prácticamente cada día", explicaba ayer Joan Melian, uno de los trabajadores de Boí-Taüll Resort. Las bajas temperaturas han hecho que la mayoría de los chubascos se transformaran en nieve en las cotas más altas de las montañas.
Otra de las ventajas es que la semana pasada, "al caer las precipitaciones en forma de nieve en las zonas más elevadas, se pudo paliar o amortiguar el riesgo de inundaciones", indicó Guillem Puras, técnico de Protección Civil del Ayuntamiento de Sort (Pallars Sobirà). Los expertos creen que, si esa nieve hubiera sido agua, los efectos de las riadas en el Pallaresa habrían sido muy perjudiciales. La contrapartida es que en las áreas de mayor concentración de nieve hay un marcado riesgo de que se produzcan aludes.
Lo extraordinario de la situación, afirman los autóctonos, "es que la cota de nieve esté tan baja en estas fechas", señalaba ayer Teresa Puyol, hostelera de Taüll. En la estación de esquí de Boí-Taüll, los equipos de mantenimiento están a la espera de que la nieve termine de fundirse para iniciar los trabajos preparatorios de la próxima temporada. Entre los trabajadores se admiten incluso apuestas y hay quien se la juega diciendo que "a este paso, habrá nieve hasta San Juan".
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