En 1930, el doctor
Walter Amstuzt, preocupado por saber qué velocidad se podía alcanzar dejándose caer sobre unos esquís, creó en Suiza una competición que en aquella época era completamente
única en su género. Así nació el
kilómetro lanzado y el austriaco
Léo Gasper consiguió el récord del mundo en 1932 (
139,600 km/h).
En 1974, el americano
Steve McKinney fue el primero en superar la barrera de los
200 km/h. El kilómetro lanzado fue una disciplina de exhibición en los Juegos Olímpicos de Albertville en 1992, y de hecho, el
francés Michael Prufer y la finlandesa Tarja Mularin son los únicos campeones olímpicos de toda la historia ya que posteriormente el
Kilómetro Lanzado fue retirado del programa olímpico.
En la actualidad,
el esquiador más rápido del planeta es el italiano
Simone Origone (251,40 km/h), mientras que la deportista sueca
Sanna Tidstrand alcanzó los 242,59 km/h.
![Kilómetro Lanzado](https://www.nevasport.com/fotos/160707/143846.jpg)
Unas proezas que dependen
"un 50% del material y un 50 % del ser humano", declaraba Michael Prufer. El secreto del éxito parece fácil:
"De 0 a 180 km/h, hay que deslizarse lo mejor posible con los esquís planos, que pesan unos quince quilos, miden 2,40 metros y están dotados de sistemas antivibraciones. A continuación, hay que colocarse sobre los cantos para limitar los movimientos perturbadores de la parte superior del cuerpo, que actúan como frenos aerodinámicos. El feeling es muy sutil".
El resto es cuestión de tecnología: pintura granulada en el casco para romper las turbulencias, ensayos en túneles aerodinámicos, alerones aerodinámicos colocados detrás de las pantorrillas, una combinación diseñada para ser como una segunda piel, etc. ¿Listo? ¡Adelante!
Ricardo Adarraga, nuestro corredor más rápido en el túnel de viento de Ginebra. Mas información: Kilometrolanzado.net