Esta temporada esperaban poder ofrecer esquí a turistas procedentes británicos, gracias a los acuerdos firmados con dos grandes tour-operadores del Reino Unido, pero las bombas israelíes dieron al traste con la iniciativa, que se ha tenido que retrasar para la temporada que viene, ya que, por suerte, ninguna bomba alcanzó las instalaciones de esquí.
Los negocios de las zonas de esquí, ya hablan de todas maneras, de un descenso dramático en ingresos, que los coloca a los peores años de conflictos en el país, ya que el malestar político que se vive actualmente, y los recuerdos recientes disuaden a los visitantes extranjeros.
Por su parte, la instalación situada sobre el Monte Hermonn, anexionado por Israel hace unos años, ha recibido un paquetón de 80 centímetros de nieve este fin de semana pasado, que le ha permitido mejorar las condiciones que ya tenía. Según la empresa que gestiona la estación, en la base ya hay 45 centímetros acumulados, y en las partes mas altas se han quedado acumulados 70cm tras el pisado de pistas.
Los dos países gozan de un clima mediterráneo con inviernos suaves y lluviosos, y veranos cálidos más largos, generalmente sin lluvia entre junio y octubre. Los visitantes pueden contar con 300 días soleados cada año pero las montañas son frías y nivosas en invierno. La precipitación anual media es de unos 1.000 milímetros en Beirut, pero mucho más arriba, en las montañas, la temperatura más baja puede ser de unos -4ºC incluso en verano.