A un mes del cierre de la temporada de esquí, previsto para el día 23 de abril, las intensas precipitaciones de lluvia amenazan el manto de nieve de las estaciones de León y Asturias, que durante la última semana han perdido entre 10 y 40 centímetros en sus espesores máximos, según los casos. El agua y las rachas de fuerte viento no darán tregua al menos hasta final de mes, cuando se prevé una mejora del tiempo. La lluvia y las suaves temperaturas han provocado que en los últimos 15 días los enclaves de esquí de la provincia y el Principado hayan rebajado en conjunto su superficie esquiable en 19 kilómetros, seis de ellos esta semana.
De todas formas, las estaciones mantienen en servicio casi 30 kilómetros de pistas, aunque la calidad de la nieve es húmeda ante la lluvia que no cesa. Las fuertes rachas de viento amenazarán hoy y mañana la apertura de San Isidro y Pajares.
La estación leonesa tiene en funcionamiento 15 pistas, lo que supone un dominio esquiable de 16 kilómetros (cuatro menos que la pasada semana). Están abiertos los sectores de Cebolledo, Requejines y Riopinos, así como las áreas de debutantes de Salencias y La Raya. Su manto de nieve se ha visto rebajado en sus niveles mínimos y máximos por la lluvia en 20 y 40 centímetros, respectivamente.
Pajares ya sólo cuenta con seis kilómetros de pistas en servicio y unos espesores que han mermado entre 20 y 30 centímetros.
Por lo que se refiere a Leitariegos, mantiene todas sus pistas y remontes abiertos y su manto de nieve durante esta última semana sólo ha bajado diez centímetros.
El Morredero abrirá mañana con 2,5 kilómetros esquiables y dos remontes en funcionamiento.
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