Excepto en el primer tramo (de la variante de Lleida a Alfarràs), la autovía discurre en su totalidad por el corredor de la actual carretera N-230 y muy próxima a ella.
El trazado propuesto tiene su origen en el punto kilométrico (P.K) 460,5 de la autovía A-2, en la zona de la variante de Lleida, tomando a continuación dirección norte, discurriendo por el oeste y paralelo a la carretera N-230, a una distancia de entre 1,5 y 2,5 kilómetros.
Tras pasar la población de Alfarràs, la autovía se aproxima más a la de la N-230, discurriendo muy próxima a esta carretera hasta el entorno de Benabarre. En este tramo, el trazado cruza en varias ocasiones la N-230, para situarse en las zonas de orografía más favorable. Además, a la altura de Baells, el trazado llega a solaparse con la carretera N-230, siendo necesario en algunos tramos prever la reposición de ésta y pasos sobre la misma.
Una vez en Benabarre, la autovía cruza el barranco de Caladrones, y se dispone en dirección oeste-este al sur de la N-230, hasta el cruce con el río Seco. A partir de ese punto, la traza se sitúa al norte de la N-230 y de Tolva. A continuación, se produce una bajada hacia Puente de Montañana, que se realiza siguiendo el curso del barranco de Valfora. En las proximidades de Puente de Montañana el trazado gira hacia el norte hasta acoplarse, dos kilómetros más adelante, tanto a la N-230 como al cauce del río Noguera Ribagorçana, quedando ambos al este del trazado. En esta zona de Puente de Montañana se localiza un túnel.
El trazado continúa en dirección norte por el valle del río Noguera Ribagorçana, muy próximo a la N-230, hasta alcanzar el embalse de Escales, aproximadamente a la altura del P.K. 111 de la N-230. Este embalse constituye un gran obstáculo para la autovía, por lo que se ha optado por rodearlo en túnel, para salir en superficie más al norte del mismo. Tanto la N-230 como el trazado de la autovía en estudio se ubican al oeste del citado embalse. A partir de este punto, y hasta el inicio del túnel de Vielha, el trazado continúa en dirección sur-norte, entre la N-230 y el río Noguera Ribagorçana a los que cruza en varias ocasiones. En el entorno del núcleo de Aneto se proponen dos alternativas, la denominada 7F requiere un túnel, mientras que la 7G no requiere túnel. Durante los últimos 5 kilómetros, tras pasar el embalse de Baserca por el oeste, la autovía se sitúa sobre la carretera N-230 sustituyéndola hasta el final del trazado.
El trazado finaliza cerca de la boca sur del túnel de Vielha. Una vez finalizado el período de información pública, deberá efectuarse la declaración de impacto ambiental.
El proyecto quiere minimizar la afección ambiental
El estudio informativo de esta futura autovía hace constar que “en el área analizada existen varias zonas protegidas ambientalmente que se han tratado de evitar en todo momento”. Así apunta que “en aquellos puntos en los que no ha sido posible evitar completamente las zonas con valores ambientales, se han tomado medidas especiales para minimizar la posible afección ambiental” y añade que “la evitación y/o minimización de las afecciones medioambientales ha sido uno de los más importantes, si no el más importante, de los condicionamientos del estudio”.
Asimismo, según el comunicado difundido ayer por el Ministerio de Fomento se ha realizado un estudio de impacto ambiental del conjunto de la actuación, analizándose todas las posibles afecciones al medio y habiéndose considerado las medidas preventivas, correctoras y compensatorias adecuadas para su minimización.
Túnel de Vielha
El nuevo túnel de Vielha, que se está construyendo en estos momentos y que está previsto que entre en servicio a finales del año que viene, también forma parte de esta futura autovía.
El objetivo del Ministerio es que la carretera tenga continuidad hasta la frontera con Francia, si bien el estudio del trazado por la Val d’Aran aún no ha empezado.
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