Coches cargados de esquís y autobuses de toda España se agolpaban a las orillas de la carretera ya que los aparcamientos se encontraban abarrotados. Los monitores, las tiendas de alquiler y sobre todo los remontes no pararon en todo el día.
El Henar, situado en la ascensión a Brañavieja, convertido ayer en una improvisada pista, hizo las veces de patio de recreo para los más pequeños que con plásticos y trineos disfrutaron de lo lindo de la nieve. Incluso, los más osados, decidieron instalar en los arcenes de la carretera su mesa de camping para almorzar.
En Palombera
Como si de una estación invernal se tratara la cima del puerto de Palombera se llenó ayer de familias y jóvenes deseosos de probar sus últimos equipos sin tener que esperar a los remontes o buscar un sitio para aparcar. Mientras unos hacían muñecos de nieve otros trepaban con sus equipos por las laderas cercanas.
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