Alrededor de las diez de la mañana, había siete kilómetros de caravana en la carretera, por lo que la Guardia Civil cortó los accesos de la estación, con retrasos de hasta dos horas. Sierra Nevada fue una vez más un paraíso para los visitantes, que cada vez llega más y convierten la estación en un barrio de Monachil.
«Una maravilla»
Porque ayer las Plazas de Pradollano y Andalucía cobraron vida de barrio, llenas de vendedores ambulantes, 'zapateros' -así llaman en la estación a los no esquiadores-, grúas retirando vehículos y reuniones espontáneas de empresarios. Las colas para acceder a los remontes dibujaron una serpiente inusual en la plaza, con una espera media de 20 minutos y las pistas fueron «una maravilla» según los esquiadores. Una nieve en polvo de calidad inmejorable hizo las delicias de los esquiadores que, ahora sí, tendrán nieve para rato después de las últimas nevadas.
Y en las pistas, para animar la sesión, se organizó una gincana, que contribuyó a elevar el ambiente festivo. Los ganadores de los juegos recibieron desde 'forfaits' hasta camisetas.
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