La perturbación que ha llegado desde el noreste, que afectaba ayer toda Catalunya, incrementó una vez más los espesores de nieve en las estaciones de esquí, que ya presentaban con anterioridad unos niveles muy aceptables. Unos gruesos que, en la mayoría de los casos, registraron unos diez centímetros de nieve nueva en las pistas, aunque en La Masella llegó a los quince. Prácticamente, todas las estaciones, sea cual sea su orientación, se han visto claramente beneficiadas por esta borrasca.
En Vall de Núria se habían recogido ayer, hasta primera hora de la tarde, doce centímetros de nieve, entre cinco y diez en La Molina,diez en GrandValira, Port del Comte y Cerler, ocho en Boí Taüll y cinco en Baqueira Beret, entre otras.
La nieve, acompañada de temperaturas muy bajas, sigue cayendo de forma débil y moderada en gran parte de las estaciones, por lo que se espera un fin de semana espectacular para la práctica de los deportes de invierno, con la lógica duda que despierta el estado de las carreteras. Una nevada de calidad más que de cantidad, que está dejando nieve polvo fría y seca como la que se encuentra habitualmente en los Alpes.
El anticiclón, que puso en el dique seco a las estaciones de esquí hasta la semana pasada, es ya historia. El movimiento meteorológico en el Pirineo es ahora una realidad, por lo que la previsión de llegar a Semana Santa con óptimas condiciones de nieve está prácticamente garantizada, con el consiguiente éxito turístico que ello puede suponer para la zona.
Fuente: