El problema del exceso de demanda no se da sólo en el Pirineo aragonés, sino que también lo sufren las estaciones catalanas y Sierra Nevada. Para los días de mayor afluencia de visitantes, en los puentes de la Constitución y los de Navidad, se reconoce que no existe una solución definitiva, pero sí que se entiende posible reducir el tamaño del problema. Sobre la forma de lograrlo hay divergencias, pero también aspectos que se defienden desde todas las instancias implicadas.
Los aspectos claves, más que el estado de las carreteras, que ha mejorado mucho en las dos últimas décadas, son la capacidad de estacionamiento, la creación de sistemas de transporte colectivo y el respeto de las limitaciones de los aforos máximos. Sobre este último aspecto, en la reunión de hoy se hará hincapié en la necesidad de que las estaciones no admitan más público del que puedan atender con unos níveles de calidad acordes a los precios de los abonos diarios de esquí.
Retirar vehículos
El respeto al equilibrio medioambiental en una zona tan sensible como el Pirineo obliga a buscar alternativas en los modelos de transporte y estacionamiento de vehículos. En este sentido, son muchas las voces que reclaman la construcción de lo que se denomina "aparcamientos disuasorios", que se sitúan en las poblaciones importantes cercanas a los complejos invernales. Desde estos estacionamientos se llevaría a los esquiadores a las pistas mediante medios de transporte colectivos, bien teleféricos, bien autobuses.
Se trata de una medida muy útil para retirar vehículos de las carreteras. Su buen funcionamiento depende también de una correcta información al usuario y un sistema adecuado de comunicación con las estaciones. El modelo ya se explota con éxito en otras modalidades turísticas, como en las visitas al parque nacional de Ordesa.
Algunas estaciones, sin embargo, reclaman también ampliaciones de sus aparcamientos en zonas elevadas, que resultan más complicadas. Astún, por ejemplo, quiere que se desbloquee el convenio urbanístico que le impide duplicar la capacidad de su estacionamiento principal, donde caben 2.000 vehículos.
En casos concretos, la mejora del servicio parece pasar por obras de carreteras. Es el caso de Panticosa, donde la construcción de la variante de la localidad está paralizada desde 1997. El paso por el centro del municipio, cuya calle principal tienen en algunos tramos una anchura de apenas cinco metros, dificulta el tránsito. Sobre la urgencia de otras variantes que se solicitan, como las de municipios del valle del Aragón, no hay tanto acuerdo.
La innovación tecnológica también juega un papel importante para dar más fluidez en las pistas. Formigal, por ejemplo, cambiará el "telehuevo" por un telesilla para 4.000 esquiadores por hora, en vez de los 800 actuales. El debate sobre la ampliación del dominio esquiable tiene muchas aristas. Para unos, ayudaría a satisfacer la demanda. Otros entienden que agravaría la situación.
Otro aspecto que hay que mejorar es la concienciación de los conductores. No llevar cadenas y no respetar las normas y recomendaciones crea importantes problemas en las carreteras.
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