La evolución de la técnica y de los materiales también ha tenido su incidencia en la tipología de las lesiones. Los accidentes graves, como traumatismos craneales y fracturas del tren inferior, han crecido de forma alarmante. El aumento de la velocidad, del número de las personas que esquían y del espacio necesario para esquiar con nuevos materiales como el esquí de carving y snowboard han disparado las lesiones por impacto.
Experiencia en Francia
En el estudio del doctor Subirats se recogen datos tan significativos como la campaña para promover el uso del casco iniciada por la asociación Mèdecins de Montagne en 1994. Entonces, las lesiones de niños con traumatismo craneal representaban el 15% del total y sólo el 15% de los niños usaban casco. En el 2001 el uso creció hasta el 57% mientras que los traumatismos craneales se redujeron a la mitad.
Más demoledoras son las cifras de EEUU donde un estudio de la Unión de
Consumidores refleja que del 53% de los traumatismos craneales en niños, el 40% eran evitables con casco. Y de los 108 norteamericanos que murieron esquiando entre 1990 y 1997, 84 hubiesen burlado a la parca con el uso del casco.
Falsa sensación
Ante unas cifras tan evidentes, las conclusiones caen por su propio peso con una encarecida recomendación para que los niños, el colectivo más expuesto, usen casco. También se hace extensible a los adultos. Cabe destacar, no obstante, la falsa sensación de seguridad que transmite el casco y puede provocar exponerse a un peligro más grande. "El uso del casco reducirá el total de los traumatismos craneales y su gravedad. Pero no se disponen de datos que apoyen la idea de que el casco protege de los accidentes fatales", sentencia el doctor Subirats.
Una de las iniciativas para intentar reducir el número de lesiones está impulsada por la Federació Catalana d'Esports d'Hivern. Se trata de una campaña para promover el uso del casco bajo el lema Amb el casc como els campions.
En las tiendas especializadas se puede encontrar un casco desde 50 euros aproximadamente (unas 8.300 pesetas). Para lograr una óptima protección, la talla debe ser la correcta y tiene que estar homologado por la CE o la federación internacional de esquí (FIS). También es conveniente fijarse en otros detalles como el peso, tipo de cierre, sistema de ventilación y la estructura de la zona de las orejas, ya sea rígida o blanda (más cómoda).
Más información: Federació Catalana d'Esports d'Hivern
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