El dato estadístico sirvió para que la consejera de Bienestar Social, Deporte y Juventud, Reyes Berruezo, clausurara el homenaje que la Administración Foral ofreció ayer noche a cerca de 200 profesores-esquiadores navarros en el veinte aniversario de una iniciativa cuyo coste total asciende a 7,2 millones de euros (3,5 aportados por el Gobierno) y que reúne varios de los elementos fundamentales que postula un programa educativo de convivencia y salud: enseñanza lúdica y motriz, fomento de la autonomía personal y del grupo y conocimiento de la naturaleza.
Según el homenaje que el Gobierno de Navarra tributó ayer a los profesores que comparten cada año una semana de nieve con los alumnos, uno de los peldaños pedagógicos que subyacen en la campaña conduce a una educación fundamentada en la convivencia por encima de otras alternativas que subrayan más lo que diferencia al hombre que lo que le une.
Según la diversidad de alumnado (algunos con discapacidad motora) y de centros docentes de distintas orientaciones que comparten el techo el Pirineo, la exhibición ayer de un vídeo narrativo de una jornada cualquiera de los escolares en la nieve, subrayó la presencia de un principio educativo que se aproxima, en alguna medida, a las actividades de programas alemanes sobre integración escolar de emigrantes en los que se fomentan los aspectos que igualan a los alumnos. La invitación de los alumnos a los padres refleja uno de los aciertos de la campaña, según quedó de manifiesto ayer en las participaciones de los profesores monitores y alcaldes del dominio esquiable navarro.
Mientras el campeón manomanista Rubén Beloki recordaba el desarrollo de sus condiciones de equilibrio sobre la nieve, César Palacios, capitán de Osasuna, se lamentaba de no haber llegado a tiempo en su etapa escolar a la llamada de la nieve. Miguel Irañeta, profesor, puso de relieve el placer de los paseos en raqueta.
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