Es un hecho irreversible. Las estaciones de esquí aumentan la superfície de las pistas para ampliar servicios y oferta. Paralelamente se produce la unión entre paises y comarcas.
El Pirineo, sigiendo una previsión anunciada hace mouchos años, establece una gran red de turismo de nieve que busca la cooperación y no la dispersión. LLegará un dia (com pasa en los Alpes) en que saliendo de una estación se podrá ir a lugares muy diferentes utilizando los elementos mecánicos que acercan pistas y puntos geográficos.
Así, los planes de accesos siguen una tendéncia alcista. Ahora mismo ya se reclama el túnel de la Bonaigua, que posibilitará la unión entre el Pallars y el Vall d'Aran, con una clara competencia para las instalaciones de Andorra.
Al lado de este movimiento otros sectores piden que se paren las ampliaciones y la elaboración de un desarrollo sostenible. Esta claro que se deberá conjugar progreso y conservación paisajística, pero es obvio que la solución ha de llegar de posturas que se acercan entre si y que no marquen una diferéncia que haga imposible cualquier acuerdo de futuro.
En esta circumstáncia nos encontramos cada vez mas metidos. Es un buen momento para saber que queremos y como reaccionar ante les acciones que vienen de fuera.
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