Pauner ataca el trono de los dioses

Pauner ataca el trono de los dioses

Situado en el Tíbet, en el Parque Nacional de Langtang, se levanta el Shisha Pangma. La ausencia de cumbres a su alrededor permite resaltar, majestuosamente, la rocosa figura que se eleva hasta los 8.013 metros. 

Pakistán y Nepal guardan trece de las catorce cumbres por encima de los 8.000 metros. La más 'pequeña', que durante siglos era citada como Gosainthan y traducida al hindi por el trono de los dioses, ocupa la meseta tibetana y es el nuevo destino de Carlos Pauner.

Situado en el Tíbet, en el Parque Nacional de Langtang, se levanta el Shisha Pangma. La ausencia de cumbres a su alrededor permite resaltar, majestuosamente, la rocosa figura que se eleva hasta los 8.013 metros. 

Pakistán y Nepal guardan trece de las catorce cumbres por encima de los 8.000 metros. La más 'pequeña', que durante siglos era citada como Gosainthan y traducida al hindi por el trono de los dioses, ocupa la meseta tibetana y es el nuevo destino de Carlos Pauner. El jacetano tratará de atacar la primera semana de octubre su novena cima de envergadura, en su segunda expedición de 2009. 

Fracasado el intento del Manaslu la pasada primavera, Pauner busca este otoño culminar con éxito su segundo reto en una montaña solitaria, aislada en medio del vasto altiplano tibetano. En la empresa le acompaña su inseparable amigo en las últimas aventuras alpinas, el zaragozano Javier Pérez. Y compartiendo cordada dos colegas y apasionados como los aragoneses en ascender por encima de las nubes: el mallorquín Tolo Calafat y el vitoriano Juanito Oiarzabal, inmerso en su proyecto de hacer, otra vez, los catorce 'ochomiles' (ha completado 23; repetido la mitad, entre ellos cuatro de los cinco grandes: Everest, K2, Kangchenjunga y Makalu).

 Los cuatro partieron ayer por la noche, desde Madrid, rumbo a Kathmandú (Nepal). Desde allí marcharán en dirección a Lhasa, capital del Tíbet, donde llegarán el jueves. En el equipaje viaja la bandera de Aragón, que ayer entregó a los alpinistas el director general del Deporte, Álvaro Burrell, y que esperan colocar en lo más alto. El Gobierno de Aragón apoya, desde 2002, el empeño de Pauner de subir los catorce picos más altos del planeta, una hazaña que solo han completado en este país Alberto Iñurrategi y Oiarzabal. En el Shisha, Pauner dará forma a su anhelo más personal: "Es un sentimiento común a todos los alpinistas, buscar retos de una magnitud que roza lo sobrehumano, impulsados por ese único motor de esta forma tan especial de vida".

Sisha Pagma 

Pasada la temporada de los monzones, la montaña se abre a los alpinistas. Pauner ya tenía programado en su calendario el Shisha, un pico que se presenta "accesible", aunque su terrible arista final es capaz de vetar el ímpetu de los más osados. "La montaña tiene varias peculiaridades. Una de ellas es que es posible llegar en camión o en jeep hasta una altura de 5.000 metros, y luego solo hay que invertir un día hasta el campo base avanzado, a 5.600 metros", detallaba ayer Javier Pérez. Su segunda característica está en el tramo final: primero, hay una cima central (8.001 metros) y a partir de ahí cambia por completo el aspecto de la montaña: una tremenda e inestable arista se abre entre ese punto y la cima principal, sólo doce metros más alta. El 2 de mayo de 1964, una expedición china colocó a ocho de sus miembros en lo más alto. 

El Shisha, que en tibetano significa 'cresta sobre la planicie de hierba' era el último 'ochomil' en ser ascendido. La ruta elegida por los chinos fue la Norte, la misma escogida por Pauner, Pérez, Calafat y Oiarzabal. "La del Sur es una vía más técnica con la ventaja de que lleva directamente a la cima principal. La Norte es más rápida, pero tiene la desventaja de la arista final, una arista cornisada a un lado y otro, con nieve y con placas de viento", amplía Pauner. Si falla el ataque, hay un "plan B". "Hace unos años, Iñaki Otxoa de Olza, intentando por tercera vez el Shisha, tuvo que abrir una variante desde el campo 3. Si no está en condiciones la arista acometeríamos el segundo", completa el deportista de Montañeros de Aragón.

 A finales de septiembre y principios de octubre está previsto que culmine el ataque. Antes, se habrá producido la obligada aclimatación. El 3 de septiembre el grupo llegará al campo base, a 5.600 metros. Allí se encontrará con el equipo que capitanea el italiano Mario Panzeri y al que se puede unir Mario Merelli, ambos viejos conocidos de aventuras pasadas. Desde allí ascenderán hasta los 6.400 metros donde instalarán el campo uno, después, acondicionarán otros dos campos a 7.000 metros (C-2) y a 7.350 (C-3).

 En estos últimos días, se ha vivido la cara más amarga del alpinismo. La indisoluble cara y cruz del himalayismo, consustancial a su naturaleza. El recuerdo del Óscar Pérez, y el fatídico desenlace en el Latok II, aún está fresco. "Una tragedia que se vive en cada expedición y cada año", reconocía ayer Pauner, que sólo piensa en el día a día, en "lo inmediato". "Es lo que te enseña el Himalaya. Quiero hacer esto, sé lo que me va a costar y el riesgo al que me expongo después de dieciséis expediciones. Todo lo demás es secundario", concluía.



Fuente:Heraldo

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