Esta temporada, ante la falta de nieve en algunas estaciones a principio de temporada hemos visto a alguna estación moverla de un sitio a otro en camiones y helicópteros. ¿Está justificado?
El debate ha estado ahí y no han sido pocas las voces que se han alzado en contra de los movimientos de nieve. Y es que, a primera vista, todos podriamos decir que no, que parece injustificado poner esta cantidad de recursos para que unos pocos puedan esquiar.
Pero si entramos un poco más en el tema, hay dos cuestiones básicas. La primera es que esto no se hace para que unos pocos puedan esquiar, se trata de un territorio entero que vive de que esos pocos -que no son tan pocos- puedan esquiar. Y aqui la cosa ya cambia completamente la perspectiva. Y sino, podemos preguntar a los trabajadores de la estación, los monitores o a cualquiera de la zona que vive del turismo que genera la estación. Y en segundo lugar está la excepcionabilidad de la medida, ya que es algo que no se había hecho nunca ni seguramente se haría para alargar la temporada o empezarla antes.
Si lo miramos desde el punto medioambiental, casi nada de lo que hacemos hoy en día tiene sentido. Empezando por comprar productos que se fabrican a millones de km de nuestro país y que vienen en barcos que contaminan muchísimo, llevando coches más potentes que nunca o la cantidad de vuelos baratos que cogemos a menudo para pasar un fin de semana, entre muchas otras cosas. Todos tenemos nuestra parte de culpa y es nuestra responsabilidad intentar minimizar el impacto que realizamos en nuestro entorno.
Cuando una estación depende del cielo para poder dar el producto que buscan sus clientes, no está de más hacer un esfuerzo para intentar suplir lo que no te ha regalado ese año la madre naturaleza. No deja de ser una situación puntual, como, por ejemplo, que cualquier empresa que se queda sin suministro eléctrico por un apagón, recurra a unos generadores de gasóleo para poder seguir con su actividad. Y este caso, que encontramos la mar de justificado, me parece muy similar al de la falta de nieve que puede haber muy de vez en cuando en una de las estaciones con mayor innivación de los Pirineos.
A veces tengo la sensación de que se critican estas cosas por el público al que van destinadas, más que por el hecho en sí. Por ello, cuando se trata de esquí, "un deporte minoritario que sólo practican unos pijos", cualquier cosa que se sale de lo normal parece injustificado y se convierte en el centro de las críticas.
Pero es muy fácil criticar y hacer demagogia. Todas las estaciones disponen hoy en día de sistemas de nieve producida porque ninguna -ni aquí ni en Colorado- se puede permitir el lujo de tener una temporada en blanco (o marrón, según se mire), ya que un periodo sin ingresos puede implicar poner la estación en una situación muy límite, ya lo que no se ha vendido en una época no se recupera con el resto de la temporada. Y después ya sabemos lo que pasa, que sale caro, muy caro, en forma de recursos públicos que van a subsidios para toda esa gente que se queda sin trabajo. Por no hablar de rescates... Así que seguiré pensando que una situación excepcional justifica medidas excepcionales.