Esquiando bajo más o menos rápido, pero en bici, ya sea de montaña o carretera, bajar me da mucho respeto. Supongo que el hecho de irse al suelo implica hacerse bastante daño me influye bastante, pero la cuestión es que en bicicleta lo que me gusta es subir, lo único que tiene el bajar es el descanso hasta la siguiente subida, exactamente lo contrario que me sucede cuando esquío.
No deja de ser curioso que, habiendo las modalidades de enduro y descenso, que se pueden practicar en estaciones como La Molina, lo que me guste sea subir. Pero bueno, hay que mantener la forma y la bici es un buen aliado para ello, así que seguiré aprovechando los fines de semana para sumar km y metros de desnivel positivos (y nadar y correr lo que se pueda).
De momento, ha sido dejar el esquí y empezar con la bici y los problemas de rodilla han desaparecido. No hay como tener un periodo de descanso para hacer chapa y pintura y volver en condiciones. Quedan 150 días...