Si te preocupa la seguridad de los más pequeños de la casa, es muy probable que te identifiques al máximo con la marca sueca POC, pues si de algo puede presumir es de que sus productos son de lo mejor que hay en el mercado en cuestión de protección.
En mi caso, tras haber leído sobre el tema y escuchar una explicación del responsable de POC en España, me quedé bastate convencido de que el POCito era una gran opción. A nivel de protección viene a ser como un Skull X, es decir, muy alta, pero hay otros detalles que hacen que este casco me guste especialmente.
Lo que más me gusta es el color, naranja (hay un modelo rosa también muy llamativo), que permite localizarlo a simple vista cuando pasas por donde va esquiando. Empiezan a verse cascos de este color, pero todavía son pocos, así que identificas a tu hijo con mucha facilidad si no esquía contigo. Además, se ve muchísimo en las pistas, haciendo al niño mucho más visible de cara a evitar una embestida. El color es casi el motivo principal de la elección.
Para demostrar la implicación con la seguridad de esta marca, viene con una lámpara de leds en la parte posterior y con un peto reflectante para que se vea al niño con mucha más facilidad.
Y por si esto no fuera suficiente, tiene un diseño y una presentación muy cuidados. A poco que en POC hagan bien las cosas no lo tendrán difícil para implantarse en países alpinos, pues de momento se trata de un fenómeno en nuestro país.
Sólo tiene un inconveniente, que como suele pasar con este tipo de productos, el precio es bastante elevado.
En fin, que ahora en casa ya van todos con POC menos yo.