Hay unos cuantos días al año que están marcados como buenos para esquiar. Uno de ellos sería el 1 de enero, ya que aunque las zonas de montaña están llenas, muchos prefieren quedarse en casa recuperándose de la fiesta de la noche anterior. Está claro que te tiene que gustar mucho esquiar para renunciar a un fin de año en condiciones.
Otro gran día es el 24 de diciembre. Mucha gente pensando en cenas y comidas familiares, si cae en laborable, poco trabajo y, en cambio, si te escapas a la nieve, poca gente y mucha tranquilidad. Llevo unos cuantos años aprovechando este día para subir a esquiar, ni que sea un sube y baja hasta mediodía. Vale realmente la pena. Este año repetiremos. A ver qué tal. De entrada, parece que hará mejor tiempo que los dos años anteriores (llovió el primero y hacía mucho viento el segundo). Y encima, hay actividad Premium de La Molna.
Así estaba La Molina el año pasado: