El año pasado me apunté al Club Gourmet que montó la tienda Daffi. No sabía muy bien cómo iría, pero tenía que probarlo porque tenía muy buena pinta. Cenas con apasionados de la nieve, invitados de auténtico lujo, regalos a los asistentes, sorteo de premios relacionados con los invitados que participaban y como colofón, la visita a la fábrica Rossignol a final de temporada. Vamos, que lo pasé en grande.
Y cómo no, este año me he vuelto a apuntar. A la primera cena no pude asistir, pero la de este martes no me la pierdo. Vendrá el director de Masella. Ya os contaré, pero tiene muy buena pinta.