Para empezar, decir que este no es un artículo de formación, más que nada porque no soy nadie para hablar de ello y, en Nevasport ya se ha hablado varias veces sobre este tema.
Este artículo va más encaminado a dar algunos consejillos para padres que inician a sus hijos en este maravilloso deporte blanco.
Como muchos sabéis, soy padre de dos niñas un poco crecidas, así que puedo hablar con un algo de propiedad sobre el tema, y creo que hay consejos, por muchos sabidos y por otros olvidados que pueden ayudar a los peques de la casa (y a los padres también) en sus primeros días en la nieve.
No voy a descubrir ningún secreto sobre el tema, pero quizás algunas veces pasemos por alto ciertas cosas que nos puedan ayudar a que el día en la nieve sea mágico en lugar de una tragedia.
Así que vamos a ello:
Primero de todo, en casa les explicaría un poco cómo va a ir el día en la nieve. Les diría que va a ser un día maravilloso, que la nieve está muy fría pero que es genial jugar con ella, que se pueden hacer muñecos, deslizar sobre ella, tirarnos bolas que no van a doler...
Que nos pondremos unas botas que nos harán andar como robots y que tendremos unos pies muuuuy largos, casi como la nariz de Pinocho.
Una cosa que veo importante, es intentar llegar temprano para poder aparcar cerca de los remontes. Eso de andar cargado no gusta mucho, ni a pequeños ni a grandes. En nuestro caso que esquiamos en Port del Comte, solemos aparcar justo a 20-30 metros de los remontes.
Luego, al llegar a pistas empezará la bueno y lo primero que nos tendremos que aplicar va a ser la:
- PACIENCIA:
Esa que dicen que es la madre de la ciencia y que, con los peques va a ser nuestra mejor aliada.
Los mayores estamos habituados a llegar a pistas, abrocharnos las botas, coger los esquís y empezar a esquiar. OLVÍDATE de ello.
Cuando llegues a la nieve, seguramente los críos no la habrán visto nunca, o muy pocas veces, así que al bajar del coche se irán directos a jugar con ella. Aquí es dónde tienes que armarte de paciencia y tener las cosas claras. Sabemos que todos los padres y todas las criaturas son distintas y no hay ningún patrón que funcione, lo que yo hacía las primeras veces que iba con las mías era lo siguiente: dejaba que jugaran un rato (muy poco) mientras se comían los bocadillos Una vez terminaban, las llamaba y decía que ahora tocaba esquiar y que jugar lo podríamos hacer luego.
Primero ponemos la crema de protección solar (indispensable) y luego empezamos con las botas. Una odisea, son duras, no se abren bien y cuesta meter los pies dentro. Si tenemos el material, es mejor haber hecho esto varias veces en casa y que se acostumbren a llevarlas en los pies, incluso lo podrán encontrar divertido, andar como un robot no se hace todos los días!!
En el caso de tener que alquilar material, previamente les habremos avisado de como son las botas, pero también les diremos que gracias a ellas, nos podremos deslizar como los mayores.
Las abrochamos: Para ello, yo empezaba poco a poco e iba apretando cada vez más, preguntándoles qué tal las sienten y, cuando me decían que ya estaba bien, les apretaba un punto más (como padres, no hay nadie mejor que nosotros para conocer a los críos, así que con las mías yo sabía que se quejaban de apretadas sin estarlo).
Eso las primeras veces, cuando ya han subido varias y, dependiendo de la edad, toca que se las pongan ellas solas y luego damos el visto bueno, o las apretamos un poco más.
Terminamos con la puesta de botas, es el momento de coger material y dirigirse a pistas. Lo que yo hacía era llevarles los esquís y ellas los bastones (que se acostumbren a llevar algo). A partir de los 7-8 años, ya les hacía llevar a ellas los esquís, y yo les cogía los bastones.
Llegamos a pie pistas y antes de nada más, ir al baño, aunque digan que no tienen que ir, mejor insistir y que vayan, así podrán estar tranquilos todo el rato que estemos en la nieve.
Después de las evacuaciones de rigor es el momento de ponerse en la pista, pero antes de empezar a esquiar...
Acudir a PROFESIONALES DEL ESQUÍ sin ninguna duda y por distintos motivos:
- Nosotros no tenemos el buen saber hacer de un profesor.
- No sabemos qué palabras y/o tácticas usar en cada momento.
- A nosotros nos van a tomar el pelo y al profesor seguramente no.
Pensar que los primeros pasos sobre la nieve, van a marcar vuestro futuro como esquiadores en familia o esquiadores anónimos.
En este punto, depende de cada uno el coger clases particulares o clases colectivas. En mi humilde opinión, los primeros pasos es mejor darlos en clases particulares, que los profesionales estén centrados sólo para ellos va a ser una garantía de aprendizaje. Cuándo ya han adquirido algunos conceptos y son capaces de bajar por una verde o una pista de debutantes, podemos pasar a las clases colectivas. Seguramente allí se lo van a pasar mejor y van a estar más distraídos.
Como he dicho anteriormente, cada crío es distinto y necesita unas cosas u otras, nadie mejor que vosotros para saber qué va a ser mejor para ellos.
Al principio también olvidaros de esquiar vosotros (a no ser que los llevéis a clases de 3-4 horas, cosa que al principio (dependiendo de la edad) puede ser demasiado. Así que os esperan unos días de poco esquí, pero como consejo os diría que no lo veáis así, sino como una inversión que muy pronto dará sus frutos para poder esquiar en familia.
Cuando son pequeños, como he comentado, seguramente a las dos horas ya estarán cansados, así que será un buen momento para jugar con la nieve (hacer muñecos, tirarse en trineo, guerra de bolas...) y quizás más tarde, quieran volver a calzarse los esquís y esquiar un rato más.
Llevar siempre en la mochila agua y algo de comida y de vez en cuándo que vayan bebiendo, normalmente en la montaña y con el frío nos deshidratamos más, por tanto nos cansamos más. Si están bien hidratados, seguramente aguantarán más.
Para los que ya empiecen con clases colectivas (seguramente de 3-4 horas), veo indispensable que les pongáis algo de comida y bebida porque seguramente con el profesor harán una pequeña parada para ello.
Si sois de los que no queréis llevar a vuestros descendientes con profesores (respetable pero seguramente un error), os recomiendo que os arméis de paciencia, sobretodo, no perdáis los nervios ya que los críos pueden tener miedo, respeto al medio y una curva de aprendizaje más lenta de lo que os gustaría y, os recomendaría que leyerais artículos del Blog de Carolo y de Sam, en los que vais a tener buenos consejos para ello.
A partir de estos primeros consejos, como he dicho anteriormente, la curva de aprendizaje de los críos es muy variada, hay algunos más habilidosos que otros, lo importante es conocer a nuestros hijos y tener un poco de mano izquierda (hay veces que cuesta).
A algunos les tendremos que atar corto por ser demasiado lanzados y a otros habrá que animarles o incluso apretarles un poco, sin pasarse (en la mía pequeña fue así debido a una rotura de tibia esquiando), para que vayan perdiendo el miedo.
Os dejo este artículo dónde explico el porqué de mis últimas palabras:
Es mediodía, las fuerzas empiezan a flaquear, pararemos a comer (en nuestro caso, siempre llevamos bocadillos), pero como recompensa a su buen hacer y al disfrute colectivo, siempre compramos patatas fritas con ketchup y mayonesa (a las mías les encantan), pero también podrían ser chocolatinas o cualquier cosa sencilla que les gustara y que normalmente no coman. Es una tontería, pero son "inputs" positivos que van a ayudar a crear un maravilloso día de esquí en familia.
Hay veces que los críos ya estarán más que cansados y otras que querrán seguir deslizando.
Si están cansados, no quieren esquiar más y quieren jugar con la nieve, tocará aguantar, todos hemos sido niños y nos encantaba jugar con ella. Incluso para que se relajen más, se puede hacer alguna sesión de fotos, a las mías les encanta.
Se termina la jornada de esquí y volvemos para el coche:
- LLEVEMOS SIEMPRE ROPA DE RECAMBIO.
Parece una tontería, pero después de haber estado jugando con la nieve, estoy casi seguro que terminarán empapados, así que mejor que tengamos preparados unos recambios de ropa, tanto interior, como cómoda para que no cojan frío en la vuelta.
Quizás me haya olvidado de alguna cosilla, pero creo que son unos consejos básicos para cuando los peques de la casa den sus primeros pasos en la nieve, y así empezar a crear afición. Pensar también que no hay reglas sobre algunas cosas y, por tanto, algo que me haya funcionado a mi, no tiene por qué hacerlo con todo el mundo.
Recordar el dicho que nos cuenta:
La familia que esquía unida, se mantiene unida.
Y como siempre os digo...