Ya no podía esperar más. De algún modo, necesitaba sentir las emociones y las sensaciones que viví siendo tan solo un adolescente con ganas de comerse el mundo, lleno de vida y esperanza. Tras muchos años dando vueltas por el mundo, ahora por fin puedo pronunciar la mítica frase: - "Objetivo cumplido". Como muchos de ustedes sabrán, (en reportajes anteriores lon he explicado con detalle), un servidor aprendió a esquiar en Astún, en 1989. A finales de los años 80 y principios de los 90, lo único bueno que tienían los Maristas-La Inmaculada eran el profesor Manuel Monedero y puede que un par o tres de excelentes maestros y...su entrañable club de esquí.
Mi primera semana en Astún, del 1-5 de enero de 1989.
Un servidor es el que está medio tirado en la nieve, de azul, el primero abajo a la derecha.
Tras disfrutar de la nieve aragonesa durante algo más de 4 años, uno se hizo mayor y empezó a esquiar en otros destinos hasta que en 2001, siendo director de marqueting de la revista Deejay (música electrónica), acompañé a los deejays Neil y Pepebilly a Jaca para una sesión...Tengo que reconocer que la música siempre ha estado presente en mis recuerdos jacetanos, pues entre 1990 y 1994, cuando empezábamos a salir con los amiguetes, el Bogart y la Claqueta se convirtieron en nuestro punto de encuentro noctámbulo tras nuestras jornadas de esquí interminables en Astún.
Conservo un recuerdo muy especial de mi paso por la revista Deejay, (1999-2003).
A nivel de márqueting, entrevistas, imagen y comunicación, me siento muy satisfecho.
Por aquel entonces Jaca ya había iniciado una transformación muy interesante, dejando atrás el pasado. Al llegar a Jaca recordé las escaleras que suben desde el palacio de hielo hacia el centro de la población, dejando atrás la antigua residencia de los escolapios, con sus habitaciones con literas (ya no existen) y la Peña Oroel siempre presente hacia el sur. Fue un fin de semana fugaz, que me dejó con muchas ganas de regresar.
Jaca, donde lo rural puede ser moderno
Y ahora por fin, servidor ha podido re-encontrarse con su Jaca de antaño, observando como ha entrado de lleno en el siglo XXI. La pasada Semana Santa regresamos a Jaca, a Canfranc, a Candanchú, a Astún, al Portalet, Gavarnie, Luz St. Saveur y el Col d´Aspin, disfrutando de un viaje por el Pirineo Central realmente espectacular, como los viajes en coche que hacía en otros tiempos primero con mis padres, y luego con mis hijos. El Pirineo aragonés es el más salvaje, el más espectacular y el que posee una mayor riqueza paisajística, con glaciares, cumbres majestuosas, lagos y crestas brutales.
El impresionante circo de Gavarnie, Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO
Llegados a este punto, tengo que reconocer que uno de los máximos responsables de mi regreso a Jaca ha sido el chef de El Rincón de la Catedral y El Almacén de la Catedral, Alejandro Enériz, quien, junto a su socio y su socio Luca Chirizzi, me han descubierto una buena parte de la espectacular evolución que está experimentando la Jacetania y por ende, buena parte del Pirineo Aragonés. Es impresionante la proyección que están viviendo, con restaurantes, hoteles y estaciones de esquí capaces de competir con lo mejor del sur de Francia. Ahora más que nunca, es la hora de apostar por nuestra tierra, por quienes luchan día a día para que la marca Aragón se posicione en el lugar que le corresponde: muy arriba.
Luca Chirizzi y su socio, el chef Alejandro Enériz, en Jaca.
Disfrutar de una cena opípara en el Rincón de la Catedral y de un par de días en el nuevo y espectacular Hotel Canfranc Estación Royal Hideaway fué más que un sueño hecho realidad. Con el añadido de observar como Astún y Candanchú siguen siendo dos maravillosas estaciones de esquí, con un encanto especial. Volver a poner los pies en Astún y a Candanchú, casi 30 años despues de la últim vez que esquié con mis amigos (enero de 1994) me llenó de alegría, sin olvidar el poder comer en el puerto de Somport, descubriendo la belleza de su vertiente norte.
El nuevo hotel en la estación internacional de Canfranc.
Para regresar a Canfranc y Jaca utilizamos el nuevo túnel, que por cierto, es gratis (en Catalunya somos unos pagafantas de libro). Nunca me había parado en el puerto de Somport, ni había bajado por su lado francés, cuyos bosques son de cuento. Poder sentarnos en la terraza del adorable hotel situado en el mismo puerto, con Candanchú, la Collarada, la Zapatilla, los picos de Aspe y todo el valle del Aragón al fondo, fué sin lugar a dudas, una auténtica gozada. Y con nieve que había caído recientemente.
El puerto de Somport, entre Astún y Candanchú
Al llegar a Huesca y empezar a subir por la nueva autovía de Monrepós, le emoción me pudo y al ver la Collarada, el Monte Perdido y tantas y tantas cumbres al fondo, una lagrimilla cruzó por mi mejilla derecha, y luego un par más...¡Como ha cambiado todo!. La última vez que subí con los Maristas habían realizado alguna mejora, pero ahora, todo es mucho más rápido, más práctico, más moderno...
En nada te plantas en Jaca, pues al llegar a Sabiñánigo, solo queda un pequeño acelerón y el nuevo palacio de hielo nos da la bienvenida. ¡Ahora hay ascensores!, mis queridas escaleras se han convertido en un recuerdo romántico, con sus farolas y sus bancos donde en 1993/1994 tuve algun que otro affair...
Jaca está llena de rincones maravillosos
Tras aparcar en la esquina de la Av. Oroel con la calle Mayor, nos adentramos a pie (ahora es zona peatonal, como debe ser) hasta la Catedral, donde disfrutamos de una magnífica procesión. Al entrar en la Catedral mi reloj temporal se detuvo, regresando por un momento a 1991, cuando asistimos a una misa con amigos y profesores. Eran otros tiempos, pero la magía del lugar, el respeto por las tradiciones, el arte y la historia que se respira, permanecen inalterables.
La Catedral románica de Jaca, del siglo XI
La catedral de San Pedro de Jaca es una maravilla, obra maestra del románico del siglo XI, declarada Monumento Nacional el 3 de junio de 1931 y Bien de Interés Cultural (BIC) en 1985. Está considerada como uno de los monumentos más importantes de todo el románico peninsular, tanto por su antigüedad como por las novedades estilísticas que se exportaron desde aquí al resto del románico español, gracias al Camino de Santiago.
El interior de la Catedral mantiene la oscuridad del románico, al contrario del gótico
Tras un paseo por la historia y el arte pirenaico, llegó el momento de disfrutar de la creatividad y el buen hacer de Alejandro Enériz y su socio Luca Chirizzi, sentándonos en la terraza del Rincón de la Catedral, con sus estufas y su ambiente entrañable. Como podeis ver en la imagen, el Rincón se encuentra situado junto a la maravillosa pastelería Echeto, delante de la Catedral. Sin lugar a dudas, puedo afirmar que El Rincón de la Catedral se ha convertido por méritos propios, en uno de los mejores ejemplos de la cocina de montaña no solo de Aragón, sino de todo el Pirineo. Es impresionante la de maravillas que pueden llegar a preparar en una cocina de 6m2.
La terraza del Rincón de la Catedral
Bien instalados, procedimos a dejarnos llevar por el bueno de Alejandro, que es un verdadero maestro en estos menesteres. Para arrancar, unos espárragos fantásticos y una ensaladilla rusa con una ventresca de atún memorable. Todavía recuerdo la textura de la patata...Luego llegaron las croquetas de cecina, que tienen vida propia, sin olvidar el canelón con carne rustida, sublime.
El canelón perfecto, con un gratinado sublime. El queso, la carne, la pasta...todo encaja
Recuerdo haber comido cuatro canelones que estaban al mismo nivel, puedo que algunos incluso un pelín por debajo...(los de mi abuela, los de mi madre, los de Jesús en el antiguo restaurante Chamonix de Barcelona y unos en Andorra la Vella...). Memorables. Y los garbanzos estofados con huevo,
Los garbanzos son espectaculares
Y para rematar, cuando pensabas que ya estaba todo y que el festín llegaba a su fin, aparece el chuletón a la brasa, impresionante. Alejandro cuida con mimo la carne que llena su cámara frigorífica, con ese punto de grasa perfecto, bien crujiente, como debe ser.
Los amantes de la carne disfrutarán con las piezas que Alejandro guarda bajo llave...
Una cena única debe terminar de un modo único y junto a los helados y postres caseros, decidimos probar varios quesos que Alejandro nos recomendó, pues desde siempre que un servidor se ha considerado adicto al queso. El Pirineo aragonés es una tierra muy rica en leche, mantequilla y quesos y en el Rincón, tienen una buena selección...
Los quesos de montaña no pueden faltar en una buena comida o cena
Fue un placer poder disfrutar de una velada única y tras descansar y aprovechar el día siguiente en Canfranc, Candanchú, Astún y Somport, regresamos a Jaca para despedirnos de Alejandro, antes de subir el Portalet y adentrarnos en Francia (antes del desprendimiento). Para mi fue muy emotivo poder volver a saludar a Teresa Echeto, descendiente y propietaria de la pastelería que lleva su apellido desde hace más de 100 años. Recuerdo muy bien cuando le compraba pasteles, dulces y las famosas "patatas de Jaca"...Re-encontrarme con ella fue sensacional.
Teresa Echeto sigue fascinante, como siempre. Un lujo poder volver a degustar sus maravillas.
Antes de partir, Alejandro nos descubrió el otro establecimiento que regente en Jaca, junto a dos más en San Sebastián y Zaragoza. El Almacén de la Catedral es un magnífico y acogedor local de tapeo situado casi enfrente del Rincón, al otro lado de la plaza (hacia el Norte). Con una fórmula gastronómica distinta al Rincón, ambos restaurantes se complementan a la perfección.
El Almacen de la Catedral, otra de las maravillas que nos ofrece Jaca.