Si con Skyfall Sam Mendes logró rodar la película con 007 mas elegante y con la mejor fotografía de toda la serie, ahora el director inglés regresa al personaje abordándolo desde una óptica muy distinta. Ahora no ha rodado una película CON 007, sino que ha rodado una película DE 007. En Skyfall, la aparatosidad desaparecía en beneficio de una elegancia especial, una suerte de pompa y circunstancia que la convirtió en la mas rentable de toda la serie. Ahora con Spectre, Bond regresa a sus orígenes, siendo una película cuya pátina y aroma nos invita a viajar en el tiempo. Los efectos especiales son actuales, pero el look del filme y los decorados nos devuelven a la estética un tanto retro de los años sesenta, buscando la complicidad del espectador, que disfruta recordando detalles de un ayer que vuelve a estar presente. En esta ocasión, todos los títulos que ha rodado Daniel Craig como James Bond se unen gracias a un hilo argumental que cierra un ciclo. ¿Será Spectre el último filme de Craig como 007?. De momento, al actor se le nota mas nostálgico y algo mas cansado en en Casino Royale o Quantum of Solace, aunque puede que sea un juego de los guionistas, que nos preparan para una quinta película todavía mas espectacular.
Todo en Spectre parece recuperar el sabor y la pátina de las películas con Sean Connery de protagonista, pero debo decir que en algún momento, encontramos guiños a Licencia para Matar, que dirigió John Glenn en 1989. El personaje de Q cobra vida en Spectre, viajando con Bond hasta Austria (Sölden) para ayudar a su…ante todo…amigo, algo que Moneypenny también sabe hacer muy bien. El personaje interpretado por Naomie Harris cobra una importancia especial, pues el espectador descubrirá que es humana y que no siempre vivirá enamorada de Bond. Y que decir de los villanos de la función, relacionados en parte con la familia de 007. No soltaré ningún Spoiler, pero puedo asegurar que los fans de la serie vibrarán con el final, donde Christoph Waltz vuelve a demostrar que es un actor sensacional solo levantando una ceja.
Antes del estreno han circulado varios rumores que considero necesario aclarar, pues en ocasiones se tiende a cometer errores de planteamiento al ir a ver una película mal informados: El padre de Bond no es el villano, como algunos han comentado. Aquí no hay frase tipo: Yo soy tu padre. Los padres de Bond fallecieron cuando este era un crío, en un accidente de escalada en las Aiguilles Rouges, por encima de Chamonix (Alpes franceses). En esta película Bond no esquía, pero si que pisa nieve; aparecen Sölden y el elegantísimo restaurante IceQ, pero no es la base de Franz Oberhauser, sino una clínica donde trabaja la hija de alguien que no diré quien es, pero que vive en un lago precioso, también en Austria. Es impresionante como han rodado y recreado en estudio el interior del IceQ, puede que el restaurante de lujo mas alto del mundo.
Mención aparte merece el nuevo telecabina 3S de Sölden, que asciende desde los 2.176m y llega hasta la cumbre del Gaislachkogl, a 3.048m de altitud y en él Q (Ben Whishaw) tiene un desafortunado encuentro. La carretera de montaña y el túnel que aparecen en el filme, en Austria, corresponden a la carretera asfaltada mas alta de Europa (la del Veleta en España está cerrada) y también se encuentra en Sölden. Y una última aclaración, el helicóptero que aparece al comienzo del filme, pertenece a Red Bull y es de los pocos que permite realizar piruetas asombrosas reales, sin necesidad de recurrir a efectos especiales.
Desde el impresionante plano secuencia inicial, rodado en México, con una banda sonora de Thomas Newman realmente potente, al final del filme, con homenaje a todo un clásico…no hay nada en Spectre que resulte gratuito. El esbirro del villano es mas cabrón que el propio villano, como debe ser, las chicas Bond demuestran tener clase y agallas, incluso Monica Bellucci parece que por fin sabe lo que significa que la dirijan con clase. Solo con aparecer los logos de la Metro y la Columbia, con el leiv-motive de Monty Norman de fondo, al clásico inicio con 007 disparando a la pantalla, el espectador ya se da cuenta que Mendes ha regresado a la esencia del invento; realizando sentidos homenajes a Le Chiffre, Quantum, Silva y a la grandísima Judy Dench. Spectre también se permite un guiño a la actual situación política mundial, a la corrupción y al odio generado desde un despacho.
Me quedo con el regreso a la esencia Bond, con la dirección de actores de Sam Mendes, con Léa Seydoux y su mirada glacial que refleja al igual que en Bond, un pasado triste, con una familia rota por diversos motivos. Disfruto observando como el alpinismo y la escalada han marcado al protagonista y al villano, desde su mas tierna infancia y juventud. Como alpinista no puedo sino estarle agradecido a Ian Flemming por darle una vida a Bond tan interesante…y longeva. Y mucha atención al inmenso Andrew Scott, el Moriarty de la serie Sherlock, quien junto con Ralph Fiennes (haga lo que haga es espectacular) se llevan las mejores escenas del filme a nivel de guión. Y por cierto, no me disgusta para nada la canción de Sam Smith, el primer solista masculino que canta en un filme de Bond desde que Tom Jones lo hiciera en Thunderball en 1965.
Víctor Riverola i Morera