La nieve jugó este año una mala pasada a todos los amantes de los deportes de invierno, algo que acusaron más los profesionales que durante todo el año viven pendientes del cielo. Desde el Centro de Tecnificación del Deportes de Invierno de Jaca, la falta del preciado ‘oro blanco’ se planteó en principio como un problema, una barrera que los buenos resultados cosechados este año acabaron por destruir. Y es que son muchas las medallas y las recompensas que las jóvenes promesas aragonesas han logrado gracias a la constancia y el trabajo duro. 
Dos de los profesores responsables de este buen balance son Txetxu Bretos y Ana Galindo. Ambos reconocen que pese a las “dificultades de la campaña”, el resultado ha sido “muy positivo”. “Teníamos menos horas de trabajo acumuladas. Por ejemplo, los catalanes empezaron a entrenar antes de navidad y nosotros tuvimos que hacerlo un mes después, lo que supuso un gran retraso”, señaló Bretos.Lo que ‘salvo los muebles’ fue “la pretemporada realizada en Argentina”, apuntó Galindo. Como ya es casi costumbre, los alumnos del CETDI viajaron hasta Argentina en busca de la nieve para volver a España con una base sólida que les permitiera afrontar la temporada con garantías, algo que este año vuelven a repetir entre los meses de agosto y septiembre. En total, 31 jóvenes componen el alumnado de este centro cuyo objetivo es formar a los deportistas personal, técnica y físicamente, para después engrosar las distintas selecciones. En cuanto a esquí, en sus dos modalidades (fondo y alpino) han sido un total de ocho los deportistas que se han incluido en las filas de los combinados nacionales, algo que supone un éxito absoluto, ya que “cada vez es más difícil acceder a estas plazas. Las posibilidades económicas de la Federación hacen que el número de deportistas se restrinja, lo que supone tener un nivel mucho más alto”, asegura Txetxu Bretos.
Una vez analizado el trabajo de este curso, los entrenadores ya se centran en la próxima temporada y en la “planificación”. “Tenemos que realizar un proyecto de acorde a los niños" (entre los 13 y los 16 años). “En julio se realizan concentraciones en las que ellos se van conociendo. Después del primer proceso llega la parte más dura que suele rondar el mes de agosto. España supone la rutina, salvo en diciembre, ya que después del puente los niños cambian su horario en el colegio y pasan a estudiar por la tarde para esquiar por la mañana”, dijo Galindo. Pero además de un patrón a seguir, el centro prepara novedades, entre las que se incluyen proyectos con los clubes. “A partir de este año estrecharemos lazos con los clubes para trabajar conjuntamente. Algo que seguro beneficiará a los niños”, apuntó Bretos. Todo para seguir engrosando un nombre, el del CETDI, que cada día cobra más relevancia en el panorama nacional.
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