¡Hola!
¿Qué tal? ¿Cómo estáis? ¿Contando los días para el comienzo de esta tan esperada temporada de nieve? ¡¡¡No nos queda nada!!! ⛷
Nosotros regresamos hace algunas semanas de UTMB® Mont-Blanc y, aunque fueron jornadas de mucho trabajo, también pudimos disfrutar de todo lo que Chamonix es capaz de ofrecer, siempre y cuando tengas la suerte de que te acompañen dos grandes guías como son mi Clarita y Federico con quienes el margen de error es practicamente inexistente. 😉
Aiguille du Midi, Mer de Glace, Brévent, Grands Montets...
No tuvimos mucho tiempo así que… ¡hubo que condensarlo todo en unas 9 horas! Pero según avanzaba el día sabía que iba a convertirse en uno de esos recuerdos que se me quedará grabado toda la vida.
8.00 am: Subida a la Aiguille du Midi
Quien vaya a Chamonix tiene que subir a la Aiguille du midi. El precio del teleférico no es barato (alrededor de 60 euros porque varía según la temporada y el tipo de trayecto que hagas, ida, o ida y vuelta) pero merece la pena.
Subir a 3.842 metros y poder contemplar el espectáculo que supone estar frente al Mont-Blanc y el resto de cimas que le acompañan es, simplemente, indescriptible. Resulta también sorprendente que hicieran esas construcciones a principios de la década de los años 50, logrando el título de teleférico más alto del mundo durante dos décadas.
En 2013 inauguraron un mirador al que se le llamó “la atracción más elevada de Europa”: Le pas dans le vide. Techo y paredes de cristal y bajo tus pies, más de mil metros de vacío.
10.30 am: Plan de l’Aiguille – Mer de Glace
Entre Chamonix y la Aiguille du Midi puedes parar en la estación intermedia del teleférico, el Plan de l'Aiguille, a 2.310 m de altura. Nosotros lo hicimos para caminar hasta la Mer de Glace, una ruta fácil y preciosa, de unos 7 km (según cómo la hagas), desde la que puedes contemplar muy de cerca la Aiguille du Dru, que cuenta con dos picos, el más alto de 3.754 metros, escalado por primera vez en 1889 por los alpinistas británicos Clinton Thomas Dent y James Walker Hartley, con los guías Alexander Burgener y K. Maurer.
La Mer de Glace es el glaciar más largo de Francia y el tercero más extenso de Europa, con una longitud de 7 kilómetros, 200 metros de profundidad y 40 kilómetros de extensión, aunque ha disminuido alrededor de 700 metros en los últimos 30 años según el Ministerio de Ecología de Francia.
Fue el primer lugar en el valle de Chamonix que contó con atracciones turísticas (en 1880 se construyó el Grand Hotel du Montenvers, a los pies del glaciar), aunque este no es un hecho demasiado llamativo dado que se trata de otro de los lugares de visita obligada.
Desde allí cogimos el tren cremallera de Montenvers para regresar de nuevo a Chamonix, donde nos esperaba la siguiente “etapa” de nuestra “vuelta” particular.
14.00 pm: Teleférico de Brévent - ¡🪂!
Como íbamos bien de tiempo pudimos subir hasta lo alto del teleférico de Brévent, una zona considerada por muchos como “el mejor mirador del Mont-Blanc” porque puedes apreciar sus 4.810 metros en todo su esplendor. También cuenta con dos paradas, así que descendimos hasta Planpraz para… ¡volar en parapente!
Si os soy sincera, todo surgió la tarde anterior. Estábamos Fede y yo viendo las llegadas de los corredores de la UTMB® cuando miramos al cielo y dije: “¡Eso tengo que hacerlo alguna vez!”, a lo que Fede respondió: “¿Y por qué no hoy?”. Va a ser verdad eso de que los mejores planes son los que surgen de manera improvisada...
El sábado no pudo ser porque las empresas de parapente ya habían cerrado (cuatro de la tarde, ¡bienvenidos a Francia!), pero lo organizamos para el domingo.
Así que ahí estábamos los tres, volando con el Mont-Blanc frente a nosotros, Chamonix bajo nuestras “alas”, y cientos de corredores cumpliendo con el sueño de cruzar el arco de la UTMB® Mont-Blanc… ¡Imposible pedir más!
Volar en parapente nos costó unos 120 euros a cada uno, lo hicimos con Wing Over Chamonix y la verdad es que fenomenal. El “viaje” duró algo más de 20 minutos pero para nada se hace corto. Además, te dejan maniobrar, y si quieres un poco de “caña”, ¡ellos encantados! 😊
16.30 pm: Última parada, Argentière
El día llegaba a su fin y nuestra última etapa era el glaciar de Argentière. Pero nos surgió una reunión así que en nuestro maratón de actividades solo nos dio tiempo a subir con el telesilla y contemplar una estación con muchas opciones de convertirse en candidata que visitar… ¡en invierno y con esquís! Les Grands Montets solo tiene 29 kilómetros de pistas pisadas pero al parecer muchísimos fuera de pista, así que… ¡habrá que volver a terminar la ruta!
Y de esta manera acabamos un increíble día por Chamonix que, como ya he comentado antes, jamás olvidaré.
¡Gracias Clarita y Fede por hacerlo posible, por enseñármelo y por ser mi mejor compañía! ¿¿¿Para cuándo el próximo “tour”??? 😉