En un ski camp vamos a trabajar duro en pista y fuera de ella, pues a las cuatro o cinco horas de esquí tendremos que añadir las sesiones de vídeo y charlas técnicas por las tardes. Pero quizás el mayor beneficio de este tipo de cursos sea otro que suele pasar desapercibido, y se trata de la convivencia, tanto con los otros campistas como con los entrenadores . La convivencia hará que los participantes se motiven unos a otros, y la inmersión en ese ambiente concentrado en el esquí desde el desayuno a la cena, contribuirá a que todos los aprendizajes se asimilen antes y mejor.
Así ¿Qué podemos esperar de un ski camp? ... Hagamos un breve repaso de sus distintos elementos:
Instructores o entrenadores
En contra de lo que se suele pensar, para impartir un ski camp no es necesario una persona con mucho carisma, basta con un buen técnico y cierto nivel de entrega. La mayoría de los buenos profesores y entrenadores pueden ofrecer un excelente servicio y, por ello, cualquier escuela que se lo propusiera, podría ofrecer ese producto. Es deseable, eso sí, un poco más de implicación de lo habitual en una clase corriente, voluntad de interactuar con los alumnos durante todo el día y no sólo en las horas de clase y, por ello, estar dispuesto a involucrarse en el camp como un todo que engloba, no sólo las sesiones de pista o clases teóricas, sino además, las comidas, el ocio y el resto de las actividades como una experiencia global de aprendizaje.
Organización de las clases
Por regla general son necesarias alrededor de cuatro horas de esquí por la mañana y dos de vídeo o teóricas por la tarde, todo ello con pausas para no cansar mentalmente a los participantes. Mucho más de eso desgasta en exceso y produce un efecto contrario al deseado en el ambiente de un curso: motivación y concentración en "vivir" el esquí durante la semana.
Se pueden ofrecer cursos de todo tipo: técnica de base, baches, fuera de pista, alpino... y para ello serán necesarios recursos especiales, material y personal cualificado así como, en ocasiones, la colaboración de la estación para cerrar áreas o disfrutrar de espacios acotados. Lo mínimo es contar con un vídeo y un lugar tranquilo done verlo, pues alrededor de éstas sesiones de feedback girará siempre la clase de la tarde, fundamental para asimilar el trabajo de la mañana y preparar el del día siguiente.
Alojamiento, convivencia, pases y otros productos
A los efectos de la organiación y la convivencia resulta muy útil que todos los "campistas" estén alojados en el mismo sitio o, al menos, que todos puedan desayunar y cenar juntos. Ello propicia que el tema de conversación sea el esquí y que unos alumnos se ayuden a otros alimentando el entusiasmo, contribuyendo al intercambio de información de todo tipo relacionada con el aprendizaje y a la mejor asimilación de los conceptos. Éste es uno de los elementos diferenciales de los ski camps y de los que mayor provecho se suele sacar. Además de ello, no hay que desestimar la sinergia y la fuente de motivación que también representa las buenas relaciones que se pueden entablar, y el encontrar otras personas con nivel, características o expectiativas similares a las nuestras.
Por ello resulta interesante que el organizador pueda proveer un alojamiento común para todos, en cuyo paquete se puede incluir los pases, el alquiler del material y otros productos similares que puedan resultar necesarios (transportes, alojamientos o actividades alternativas para familiares, etc.). En muchas ocasiones, si el volumen de alumnos es alto, esto supondrá un ingreso extra que se puede deducir del coste del camp.
En la cena de fin de curso los organziadores suelen entregar regalos de recuerdo, como camisetas o similares, y también material didáctico para que los campistas pueden repasar los conocimietnos adquiridos durante la semana. Todo ello puede parecer superfluo, pero resulta coherente con esa experiencia global de aprendizaje y el sentido de pertenencia que surge del compañerismo, el trabajo duro y las buenas experiencias compartidas. Una simple camiseta con el logo del ski camp, puede significar para un campista algo mucho más valioso que los pocos Euros que le cuesta al organizador.
Tipo de clientes
El tipo de cliente ha evolucionado mucho, desde los corredores de todas las categorías que asisten desde hace años hasta los nuevos esquiadores intermedios, ávidos de adquirir las habilidades para fuera de pista o baches que permiten el material y los métodos de enseñanza modernos.
Los organizadores de ski camps deben ser sensibles a las expectativas de sus clientes, ya que los habrá con las más diversas motivaciones y objetivos: los que simplemente quieran mejorar un poco mientras se divierten, los que tengan verdaderas necesidades competitivas, los que gustan de hacerse una simple foto para comentarla en familia o con sus amigos, los que entienden el esquí como algo más que deporte o los que tengan un poco de cada una de estas aspiraciones. Todos ellos pueden coexistir en los mismos cursos y retroalimentarse positivamente unos a otros, aunque a veces habrá que hacer un esfuerzo - antes de que los alumnos hagan sus reservas en el camp - para marcar objetivos claros y no crear falsas expectativas o conflictos entre los asistentes.
En fin, espero que esta breve información sirva tanto a futuros organizadores como para animar a potenciales clientes a tomar parte en uno de estos productos de la enseñanza. Y utilizo deliberadamente las palabras clientes y productos porque a veces se nos olvida que es de lo que se trata: de personas satisfaciendo las demandas de otras, de la mejor de las maneras factibles y al mejor de los precios posibles. Y ello no excluye, como es natural y podemos adivinar en este humilde artículo, el que además de un mero producto comercial, sea también una experiencia extraordinaria en lo deportivo y en lo humano que, infinidad de practicantes de todo tipo, experimentan y repiten cada año.
¡Buenas huellas!
Carolo © 2011
En todos estos años, desde 2006, he tenido la suerte impagable de aprender y participar en la organización de camps de la mano de mis amigos austríacos de JoSchi, todo ello junto a profesionales que exceden muy ampliamente mi humilde currículum; por ejemplo, abajo, con Michaela Dorfmeister, invitada a uno de los entrenamientos en el camp permanente de Hochkar. La colaboración en todo aquello que uno no puede abarcar, resulta esencial y muy enriquecedora.
Hemos oganizado cursos de todo tipo y con los alumnos más variados en estaciones españolas y europeas. La movilidad puede convertirse en un factor importante a la hora de satisfacer las necesidades de los clientes. Abajo, en Ordino, en Abril de 2005.
Mi antigua furgoneta en la que solía recoger a los clientes de los aeropuertos y moverlos por las estaciones, además de transportar todo el material necesario e, incluso, servir de vivienda ocasional en alguna autopista o carretara perdida en las montañas. Una buena imagen corporativa es hoy día algo asequible, fácil de diseñar con pocos medios, y que resulta importante para diferenciarse de otros competidores.
Una simple camiseta barata puede significar mucho para un alumno o un conjunto de ellos, estimulando en muchas personas un sentido de la pertenencia que va más allá de la simple asistencia a un curso de esquí.
Es muy importante acompañar el curso con material gráfico, de modo que los alumnos puedan analizar y comprender mejor las enseñanzas que reciben, así como faciliar a los instructores su trabajo.
Espero que sea de utilidad toda esta información... ¡Suerte a todos, participantes y organizadores, con los skicamps!
Carolo © 2011