El cielo:
Nueve de la mañana. El centro de esquí comienza a desperezarse. La noche había cumplido con su promesa de dejar nuevos treinta centímentros de nieve. Todavía nevizcaba, pero el sol comenzaba a dejarse ver.
Ya en las sillas, el paisaje era sublime
Con acierto, de las tres pistas Caris sólo "Caris II" había sido pisada
Miles de huellas se trazaban
El infierno:
El día había sido muy ventoso. El sector de la telesilla "Marte" no se había abierto. Cuando la intensidad aumentó, con algunas ráfagas francamente pavorosas, comenzaron a detenerse el resto de las aerosillas. Solo quedaron operativos los teleskíes, en la parte superior, "Minerva" y "Urano". Casi nada para la gran cantidad de esquiadores que ese día habían llegado con la esperanza de disfrutar una jornada memorable. Al menos media hora de espera para poder esquiar unos minutos o poder regresar a la base.
Alta concentración de esquiadores en las pistas que todavía quedaban abiertas
Luego, la larga espera de la que hablamos.
Fue bueno. Mientras duró.