Hace un tiempo que quería dedicarle un apartado al aprendizaje del esquí con nieve polvo. Cuántos esquiadores se preguntan porqué se les hace tan difícil esquiar cuando se encuentran con un manto de nieve mayor. Y uno se queja: - ¿por qué no puedo girar? - ¿por qué no puedo frenar? - es que la técnica es diferente - es que es muy agotador...
Nuestra zona de confort se ve alterada y parece que salir fuera nos infunde respeto e incluso a veces una especie de temor. Algunos se sienten frustrados al ver que no hay resultados inmediatos y lo descartan.
Desde el aprendizaje base, se tiende a pensar que esquiar en pistas con velocidad y de alta dificultad es más y mejor, limitando el desarrollo de habilidades y sensaciones nuevas que mucho tienen que ver con el avance y la mejora de nuestro esquí.
Y aquí entro en lo que culturalmente parece que es normal o no. He tenido la suerte de tener un aprendizaje muy variado y en todo tipo de terrenos desde que comencé. Pero el "método" se sigue centrando sólo en pistas bien pisadas incluso cuando cae la mejor nieve de la temporada. He podido observar en los últimos casi 4 años que trabajo en Austria, como aquí el día que nieva, las escuelas se llevan a los niños a esquiar por nieve virgen. Es día de caerse, de descubrir y de aprender más reglas de seguridad en montaña. Y si, he dicho reglas, porque no está de más explicarles qué es un alud o por donde no deberían nunca meterse. ¡Los niños lo entienden todo! En días con mucha nieve, no son pocos los padres que vienen con sus niños para clases privadas y lo primero que me dicen es que les gustaría que aprendan a esquiar en tiefschnee (nieve profunda).
Pero 'jugar con la nieve' no solo es cosa de niños. A los adultos también les gusta, y es por eso que cuando cae una buena, yo también he aprendido a introducir en las clases fuera de pistas. En ocasiones como elemento sorpresa. Y la verdad es que este tipo de clases son realmente divertidas, productivas e inolvidables. Normalmente son adultos que se defienden bien en pistas y que no se atreven a dar el paso, por lo que aquí es donde el profesor tiene un papel importante para demostrar que la nieve virgen es posible y que no tiene porqué ser sinónimo de peligro o de extrema dificultad. Que como en todo en lo que se refiere al aprendizaje, hay que primero probarlo e intentarlo, para luego practicarlo y mejorarlo.
Quiero llegar de una al quid de la cuestión: - ¿es diferente la técnica en pista que en nieve polvo?.
Lo he meditado muchas veces y personalmente he llegado a la conclusión de que no. Es la misma técnica pero adaptada, lo que implica eso si, desarrollar otras habilidades a las que no estamos acostumbrados. No voy a entrar en detalles, puesto que igual no será lo mismo esquiar en nieve con 20 cm que con 50 cm. Sin embargo, lo verdaderamente importante al principio será probar y sentir qué movimientos nos van a facilitar el que nos desenvolvamos mejor. Así, con este artículo me gustaría aportar algunos consejos que a priori me han dado buenos resultados en el proceso de familiarización con la nieve polvo.
¿DONDE?
Siempre zonas seguras. Esto es por los laterales de las pistas sin pisar o entre ellas, y evidentemente siempre en el área delimitada de la estación. Más adelante se puede intentar en zonas de bosque o más extensas, pero acompañados de alguien cualificado. Aventurarse sólo y con desconocimiento no es opción.
¿QUÉ ESQUÍS?
Para empezar unos All Mountain van bastante bien y es lo que se suele tener en casa o lo que te alquilan (diseñados para todo tipo de nieve, que no son ni blandos ni duros y un poquito más anchitos que unos sólo para pista). Pero si lo que queremos es meternos de lleno, lo realmente ideal son unos esquís de cotas anchas que marcarán la diferencia.
¿CÓMO EMPEZAR?
Buscamos un tramo no muy empinado o que termine en zonas más llanas, juntamos los esquís más de lo habitual (para crear una superficie mayor), adoptamos una posición firme y sentimos como "esquiamos con los talones". Es la sensación de una presión suave con los talones, pudiendo incluso sentir que los dedos de los pies se levantan (lo cual no implica que el resto del pie deje de apoyarse). Nos dejamos deslizar en linea recta. Si queremos frenar hundimos suavemente un poco más los talones en la nieve.
A veces los esquís se separan demasiado, ya sea como reacción de defensa para frenar o por otra serie de necesidades técnicas que no controlamos. Imagina de nuevo que los talones de los pies están pegados (tobillo con tobillo) y comprueba el resultado.
¿CÓMO ES MI POSICIÓN?
Aquí llega el dolor de cabeza de muchos. Hasta ahora hemos aprendido que la posición debe ser adelantada. Y nos ha costado lo nuestro que al fin mantengamos esa posición encarando la pendiente, ¿verdad? Pero resulta que ahora que quieres empezar con nieve polvo, tu amigo te comenta que debes olvidarte de eso y tirar el cuerpo para atrás. ERROR. Claro, nos ponemos a ello y vemos que los esquís deslizan genial. Tan genial que perdemos totalmente el control, que vamos persiguiendo los esquís, que no conseguimos girar y que no podemos con la nieve y mucho menos con nuestras piernas. Te preguntas qué estás haciendo mal y buscas otra explicación. Perfecto, ahora te dicen que hay que mantenerse en una posición centrada (ni adelante ni atrás). Lo probamos y vemos que la cosa va mejor pero que cuando llegan partes con más nieve nos trabamos. Ya no sabes qué hacer, preguntas a alguien más experimentado y en esta ocasión te hablan del "centro de masas y la gravedad". Ya no sabes por donde cogerlo. A lo mejor el problema es que probamos poco y pensamos demasiado, pero lo cierto es que ya no sé si tengo que ir adelantado, centrado, atrasado o volando.
Hace 4 años cursando el TD2 (Técnico deportivo de esquí Alpino II), tuve la inmensa suerte de coincidir en clase con Aymar Navarro. Aún guardo apuntados un par consejos que nos dio para esquiar en nieve polvo, entre los cuales nos comentaba que el cuerpo debía ir ligeramente hacia atrás para no irnos hacia delante en cada curva, y sobre todo que no debíamos adelantarnos porque si no... nos íbamos de cabeza (de esto en concreto nos pudimos reír un rato).
¿Entonces en qué quedamos? Yo sinceramente no me atrevo a contradecir a Aymar, jaja. ¿Centrado o atrasado? Pues los dos. Cuando es poca nieve más centrado; cuando la nieve es más profunda ligeramente atrasado. Hay que entender que no hay una pauta para todo tipo de terreno, profundidad de la nieve, velocidad e inclinación. Es algo con lo que tenemos que jugar y ajustarnos. Y yo creo que lo que nos confunde es la idea o el concepto que tenemos de "atrasar el cuerpo" o de "irnos para atrás".
Me explico; no es el cuerpo en sí lo que debe ir ligeramente hacia atrás, sino sentir que nuestro peso se desplaza muy ligeramente hacia atrás. Lo correcto tal vez sería decir "el peso de nuestro cuerpo", pero mentalmente cuando pensamos en cuerpo, pensamos en una parte grande, y esto sobre los esquís y en movimiento nos hace muy difícil diferenciar el matiz entre mantener el cuerpo centrado o atrasado. En definitiva es por ello que no acabamos ni centrados, ni ligeramente atrasados: sino realmente atrasados. Por eso mi consejo es que nos olvidemos por un momento de centrar o atrasar y pensemos en flexionar. Concentrémonos en la flexión de los tobillos, rodillas y cadera.
1. Pensemos en flexionar.
¿Os acordáis del apartado anterior de "esquiar con los talones"? Esto mantiene los tobillos flexionados. Por otro lado vamos a mantener las espinillas en contacto con la parte delantera de las botas sin necesidad de apretar ya que sentir que apoyamos es suficiente.
2. Piensa que tu pecho se une a tus rodillas por una cuerda
A mi me funciona, ya que me mantiene alerta de no quedarme excesivamente atrasada. Mantén el tronco firme e inclínalo como si hubiera una cuerda o muelle que lo uniera a tus rodillas. Verás que tu cadera y rodillas se flexionarán-extenderán adaptándose al terreno, pero se mantendrán de todas las maneras bien flexionadas.
¿CÓMO GIRAR?
1. Esquiar suave, sin movimientos bruscos o agresivos
En realidad se gira tal y como lo hacemos en las pistas pero de una forma más suave.
2. No intentes desplazar la nieve o empujarla. Resístela
Podemos pensar que podemos con ella pero sinceramente la mayor parte de las veces ella podrá con nosotros. Nos sentiremos forzados. Mantenerse fuerte con una posición adecuada dejando deslizar los esquís es lo que definitivamente funcionará.
3. Esquía dirigiéndote hacia delante pero no lateralmente
Puede parecer obvio pero no lo es tanto. Esto pasa también en pistas, pero con nieve polvo se convierte en un problema mayor. Si yo quiero girar y en vez de orientarme hacia abajo me oriento hacia el lado para girar, lo más posible es que me encarrile, me frene, pierda velocidad y me cueste aun más encadenar el siguiente giro. Deja tiempo a tu esquís girar sin prisas y con la adecuada trayectoria, pues evitará que acabes atravesándote. Fíjate un punto a donde desplazarte y oriéntate hacia él.
Por otro lado procura que tus esquís entren en el inicio de la curva bien paralelos y al mismo tiempo.
4. Apoyo equilibrado del peso de las piernas en los esquís
El esquí exterior siempre ha tenido el control. Ahora lo puede seguir teniendo pero sin ejercer tanta presión como lo hacíamos en pistas. Equilibremos el apoyo entre los dos esquís.
5. Truquito con los pies
He dado ya uno, que es "esquiar con los talones". Para girar dejo de presionar los talones. Ahora sentimos que apoyamos todo el pie con la misma presión, y después vuelvo poco poco y progresivamente a hundir los talones mientras deslizo hacia el final de la curva.
¿Y LOS BASTONES?
Tienen la misma función que en pistas, pero especialmente en nieve polvo ayudan muchísimo porque nos equilibran. Sencillamente con mantener los bastones con los brazos delante ya están haciendo un gran trabajo.
No es necesario clavar siempre el bastón, pero hacerlo además de posicionarnos nos transmitirá las condiciones del terreno (blando, duro, más nieve, menos nieve, inclinación). Son verdaderos transmisores de información.
Enlace: Introducción al clavado de bastón
Y por último ¡MARCA TU HUELLA!
Esta bien seguir las de otros, pero sin duda lo que te va a hacer sentir placer en esta nieve es encontrar la tuya. ¡¡Disfrútala!!