Salomon nació en 1947, en el corazón de los Alpes franceses. En su pequeño taller de la bella localidad de Annecy, François Salomon producía cantos de esquís con la ayuda de su mujer y su hijo.
Casi 75 años más tarde la firma gala se ha convertido en una multinacional líder en el mercado de deportes outdoor, con un rango muy diverso de productos de trail running, montaña y, por supuesto esquí y nieve.
Lo que no ha cambiado es su identidad, firmemente arraigada en su lugar de origen. En la actualidad, el modesto taller familiar se ha convertido en un complejo de 33.500 m2 que da trabajo a más de 750 empleados.
En el ADC
El Annecy Design Center es el centro neurálgico de Salomon, el lugar donde se idean, desarrollan y ponen a punto los nuevos productos de la marca, desde calzado de running hasta cascos y por supuesto, esquís y botas. Un cuartel general en el que diseñadores e ingenieros, en estrecha colaboración con técnicos especializados y deportistas, exprimen su materia gris. También es el lugar en el que se prepara el material de competición para los atletas de la marca.
Obviamente, nuestra atención se focalizó en todo lo relacionado con el material de invierno, en especial las botas; desde su irrupción en el mercado con la mítica SX 90 de entrada posterior en 1979, Salomon ha dedicado muchos recursos a la investigación, desarrollando soluciones técnicas con las que mejorar sus botas de esquí. Un trabajo que ha dado como resultado el liderazgo en el mercado durante años.
El programa incluía un recorrido por la planta de producción, un clinic sobre las botas de la marca, su tecnología y sus posibilidades de personalización y una última y muy especial sesión en el departamento de competición, a cargo de un bootfitter de Copa del Mundo.
Tres años y un millón de euros
Pascal “Joe” Pallatin, Advance Project Manager de botas alpinas, es nuestro guía en la visita a las instalaciones. Mientras paseamos entre maquinaria diversa, estanterías repletas de piezas, bobinas de fibras, núcleos de madera y carros repletos de esquís de descenso, Joe nos explica que para el desarrollo de una nueva bota se necesitan tres años y una inversión de un millón de euros. Sólo los moldes para inyectar las carcasas ya cuestan 40.000 euros por talla. Están fabricados en aluminio, lo que permite una mejor manipulación que otros materiales. A nuestro alrededor, técnicos con bata blanca trabajan en algunos de estos moldes, haciendo pequeñas correcciones en los prototipos. Se fabrican unas 200 unidades preserie, con las que se efectuarán múltiples pruebas previas a la comercialización, tanto de laboratorio como sobre el terreno.
Especialmente interesante es el departamento de control de calidad, una verdadera “sala de torturas” donde las botas se someten a todo tipo de ensayos para evaluar la resistencia de los materiales y diseños. Entre otras máquinas, nos llamó la atención una que somete a la bota a miles de flexiones en un ambiente de -20ºC.
En otro departamento se confeccionan los botines interiores, que toman forma gracias a manos expertas de operarias cualificadas, capaces de efectuar las modificaciones que sean necesarias a lo largo del desarrollo del producto.
Los prototipos se dan a probar a pisters y esquiadores en estaciones de la región -estamos en la Alta Saboya-, que los utilizarán exhaustivamente durante todo el invierno, aportando su feedback y comentarios para introducir mejoras.
Una vez el producto queda definitivamente validado se envía a las plantas de producción de la marca, para su fabricación en serie y comercialización.
Clinic de bootfitting
La segunda parte de nuestra visita fue especialmente interesante para el grupo de tiendas al que acompañábamos, compuesto por los mejores especialistas de la marca en España. Una charla-formación en la que Paul-Eric “Polo” Chamay, Alpine Boot Product Line Manager (el “capo” de la división de botas, para que nos entendamos) detalló todas las posibilidades de personalización de Salomon. Desde las distintas gamas de la colección hasta la importancia del análisis inicial del pie del cliente, para elegir la bota que más le conviene. Son muchos los parámetros a tener en cuenta y la personalización es cada vez más importante a la hora de conseguir comodidad y precisión.
Polo nos habló de las diferentes hormas que se están imponiendo en el mercado, de las posibilidades de adaptación por termoformado tanto de la carcasa como del botín y de los diversos mecanismos de regulación y ajuste, como el canting.
No hay que olvidar que las botas son el elemento más importante del equipo y deben acomodarse perfectamente a la morfología de nuestros pies. Por eso es tan necesario ponerse en manos de un experto a la hora de elegir.
En el taller de competición (continuará…)
La última pieza de nuestra visita al ADC fue una auténtica master class a cargo de Jules Mills, uno de los bootfitters de competición más reputados del mundo. Baste decir que trabaja con estrellas como Marco Odermatt o Marta Bassino. Mills nos explicó cómo se prepara una bota de Copa del Mundo y multitud de anécdotas de corredores actuales y de épocas pasadas, como Bode Miller o Lasse Kjus.
¡Os lo explicaremos con detalle en la próxima entrega!