Nuestro viaje comenzó como el del año pasado por Canadá, con un grupo saliendo de Barcelona y yo partiendo desde Madrid para encontrarnos en un aeropuerto alemán. A partir de ahí, todo diferente, viajar hacia el este, tirando de transporte público y a un país donde no entiendo nada del idioma.
Tras 3 vuelos bastante largos y unas 25 horas de viaje, llegamos a nuestro hotel, en frente de la estación de Moiwa. Nos dieron nuestras llaves de las taquillas y nos indicaron que había que descalzarse allí y entrar al resto del hotel con unos "crocs" que te prestaban. Dejamos los esquís y subimos a descubrir nuestras cápsulas/habitación.
El concepto me gustó bastante. Cama arriba, con sitio para usar el portatil en un lado, el fondo acolchado para poder quedarte tumbado viendo algún vídeo, luces regulables para poder descansar la vista, caja fuerte para guardar enseres etc. La única pega que le encontré, es que el colchón era muy fino, y entre el jet lag y el escaso acolchado, no recuerdo dormir ni una noche del tirón. Debajo de la habitación, un compartimento con llave con sitio de sobra para tener la maleta abierta, bolsas de esquís, botas y demás.
Así que con sueño empezamos el primer día, tanto que perdimos el bus gratis del hotel que nos llevaba hasta Annupuri. Ningún problema, el servicio de furgoneta del hotel nos acercó a esta estación que forma parte del dominio de Niseko United y nos plantamos allí en 5 minutos. Sin conocer mucho, y con la conexión cerrada con el resto del dominio por viento en la zona alta, empezamos a explorar.
Nevaba a ratos, con algo de niebla y había mucho powder por petar, aunque había que buscarlo. Cuanto más te acercas al arbol, más cantidad de nieve. Estuvimos dándole a la gate 7 y 8 hasta que los estomagos empezaron a rugir, momento en el que nos fuimos a comer un ramen en el restaurante de las pistas. Plato perfecto para reponer fuerzas: una sopa potente con todo tipo de vegetales, fideos y trozos de carne.
El sistema de gates está un poco mitificado a mi parecer. La idea es buena, zonas de freeride delimitadas, prohibido saltarse las cuerdas y solo entras por unas puertas controladas. La realidad es que aunque nosotros respetamos las normas, se veía bien claro por las huellas que la gente entraba y salía por donde quería. También me costó entender que había gates que daban a las mismas areas, simplemente más arriba o por otras zonas.
El segundo día decidimos ir hasta Grand Hirafu, otra de las estaciones del dominio de Niseko United. Y esta vez sí que vimos la parte de arriba abierta. Mucha nieve sin tocar del día anterior hacía que todo el mundo fuera corriendo a la zona alta. La famosa Gate 3 no es más que un acceso al pico de la montaña (caminando) con opción de tirar a las vertientes de Annupuri y Hirafu. En realidad, después de la primera pala estás en la misma zona por la que llegarías de las G2 y G1 si vas hacia Annupuri o G4 y G5 si vas hacia Hirafu.
Como esto no lo entendimos hasta más tarde, y la visibilidad era nula, decidimos pasar de la G3, y tirar por la G5, que no había ni que remar para llegar. Unas palas muy buenas, con mucha nieve sin tocar, inclinación suficiente para ir rápido y muchos saltos. Pura diversión. Eso sí, al final tuvimos que caminar un poco para volver a las pistas. Habíamos bajado tanto que estabamos en otra de las estaciones: Hanazono.
Hanazono está en el otro extremo de Niseko United, tiene menos altura, pero otra gate bastante divertida, al lado de un río, que nos encontramos casi por accidente y repetimos sin dudar. Es sorprendente ver como cambia el tiempo de rápido, pero se entiende más fácil si piensas que se trata de precipitaciones monzónicas.
Como esa noche apenas nevó, el día siguiente decidimos quedarnos en Moiwa, pequeña estación delante del hotel y que no está dentro del dominio de Niseko United. Es curioso, porque en el mapa de Gates tiene la G6 y la G10, pero el forfait no es compartido. Si acabas en Moiwa por error, puedes comprar un pase de una subida para volver a Annupuri por la G6.
No teníamos expectativas de encontrar mucho sin pisar, pero con un poco de olfato siempre se encuentran palas en las que poder hacer unos buenos giros. También estuvimos por las pistas aprovechando un poco el sol para hacer alguna toma chula para los vídeos. Incluso sacamos el dron a pasear y grabamos una bajada en una zona fácil para volar.
Y hasta aquí la primera parte del viaje. Os dejo con un resumen en vídeo de esta parte del viaje. Pronto subiré la otra parte, y probablemente algún otro artículo con más información en detalle de las estaciones que visitamos, con sus edits incluídos, así como una guía de viaje por si queréis tener una experiencia similar.