Hace no mucho tiempo una compañera de trabajo me recomendó una charla de TEDx que se llama ‘Actitud’ y que me inspiró a escribir este artículo.
No sé si estáis familiarizados con este tipo de ponencias, para los que no conozcan este formato, dejadme decir solamente que se trata de charlas ‘inspiracionales’ sobre diferentes temáticas y en las que diferentes personas hablan sobre su experiencia o su manera de ver y afrontar la vida. En la que me llevó a escribir este artículo el ponente habla sobre la importancia de la actitud frente a la vida cotidiana y frente a todo aquello que hacemos día a día.
Para definir la importancia del concepto de la actitud, en esta charla se describe una fórmula con la que estoy totalmente de acuerdo y que me gustaría compartir con todos vosotros:
V= (C+H)*A.
Lo que somos, lo que define nuestra valía como personas y como profesionales se corresponde con esta fórmula donde la 'C' se refiere a nuestros conocimientos, la 'H' representa nuestras habilidades, y la 'A', es nuestra ACTITUD.
Como bien dice el ponente, lo realmente importante de esta fórmula no son los tres conceptos que intervienen, todos veremos claro que la combinación de habilidad, conocimientos y actitud es una combinación ganadora en cualquier profesión y entorno. Lo que realmente marca la diferencia es entender que mientras la habilidad y los conocimientos 'suman', la actitud 'multiplica'.
Obviamente eso no quiere decir que las habilidades y conocimientos que tengamos no sean importantes, son muy importantes, pero lo que distingue a los cracks de los mediocres es la actitud.
Si nos situamos en el plano profesional, como profesores de esquí, la actitud con la que afrontamos cada día de trabajo, cada clase y cada alumno, es la que realmente marca la diferencia entre un profesor y un gran profesor. Es esa actitud la que hará que pasados los años los alumnos nos recuerden y recuerden aquello que les enseñamos. Del mismo modo, es esa actitud la que hará que seamos capaces no sólo de transmitir más y mejor nuestros conocimientos y experiencia sino que seamos capaces al mismo tiempo de ilusionar al alumno y transmitirle nuestra pasión por el esquí.
Si como profesores no somos capaces de tener la actitud adecuada frente a la vida y frente a nuestro trabajo, si no salimos cada día a comernos el mundo, si no somos capaces de disfrutar y hacer disfrutar, no seremos capaces de ser (y ofrecer a nuestros alumnos) la mejor versión de nosotros mismos.
La actitud marca siempre la diferencia.
Para acabar os invito a dedicar unos minutos a ver este vídeo, estoy seguro de que no os arrepentiréis...
Winter is coming!
www.nevasport.com/winteriscoming/
www.facebook.com/blogwinteriscoming/
https://twitter.com/blgwintercoming
Sam Suarez,
Técnico deportivo superior