Es una zona con unas posibilidades infinitas para el esquí de montaña. El único inconveniente era la meteo, muy cambiante en toda la zona y con unos pronósticos muy relativos o poco fiables.
El grupo lo formábamos cuatro personas, Marcelo que se desplazó desde Alicante, mis hijos Diego y Pablo, y un servidor Fernando. Todos con equipo de esquí de travesía, salvo Pablo que utilizaba splitboard. Por supuesto piolet, crampones, cuchillas, arva, pala, sonda y mochila airbag. Alquilamos un vehículo con neumáticos de invierno y clavos, que van equipados con un sensor para peajes y transbordadores, que posteriormente nos factura la compañía de alquiler.
Hay zonas muy expuestas a avalanchas y los cambios en la meteo eran muy rápidos por lo que las condiciones de la nieve variaban muchísimo.
Desde donde aparcábamos el coche nos poníamos las pieles de foca. Muchos itinerarios están marcados y señalizados desde las propias carreteras y en algunos casos con puntos de chequeos para arva.
Tan solo por el paisaje vale la pena viajar tan al norte.
Saludos