El placer de conducir un vehiculo con seguridad supone saber que el vehículo te responde en cualquier situación de falta de estabilidad y así las modernas berlinas de lujo y la mayoría de vehículos actuales disponen de un sistema de estabilidad conocido por las siglas ESP, también llamado Programa Electrónico de Estabilización, que mediante unos sensores que captan los movimientos del vehículo y envían unas señales a las ruedas, señales de frenado, evitando así su derrapaje, el sobrevirar o subvirar, esto es, la tendencia a salirse de la línea deseada por el conductor, bien aumentando el radio de giro, con lo que se sale de la curva, por el exterior o bien cerrándolo, con lo que se cruza la mediana. Ambas situaciones son señales de peligro inminente que el conductor trata de corregir.
En el esquí alpino, se pude establecer cierta analogía con el sistema ESP: los sensores están localizados en el oído, por su sistema goniométrico, las ordenes para la ejecución se procesan en el cerebro, un cerebro formado para conocer y resolver la situación, y a continuación se envían a los mecanismos del esquí alpino como la centralidad, y toma de cantos, como veremos a continuación en GS y SL.
Primeramente deberemos definir las diferencias de comportamiento mecánico del esquí interior y del exterior. Aunque ambos van siempre a la misma velocidad angular (w), su radio de giro es diferente, (r), más corto el del esquí interior, por lo que la fuerza centrífuga varía de un esquí a otro, (Fc= m.r.w2), y por lo tanto la reacción o fuerza centrípeta (Fcp) también variaría. Es por esta razón, por lo que normalmente en la curvas, la carga se desplaza al esquí exterior.
Contrarrestar esta fuerza, para evitar salirse de la curva, es la acción conjunta de la biomecánica, angulación e inclinación, y giro o movimientos de los cantos. La intensidad de la angulación es directamente proporcional a la pendiente, y la inclinación a la velocidad del esquiador y a su radio de giro. Siempre hay un movimiento combinado, de ambas acciones, pero para el trabajo excelente del esquí interior, hay que introducir la variable del eje horizontal, atrás – adelante, para enviar la carga adonde queramos llevar nuestro vehiculo.
Al tener menos radio de giro el esquí interior, si trasladamos la carga mas a este, la fuerza centrípeta será mayor, y esta junto a la inclinación – angulación, hará deformarse el esquí con un mayor esfuerzo direccional, por lo que el esquí interior nos cerrara mas el giro, sin poner en peligro una salida de la curva por derrapaje del esquí exterior, o perdida de la adherencia y caída esto es lo que llamamos “sobrevirar “.
Por contrario, si nuestro deseo, o nuestra necesidad es abrir el radio de giro y tomar la puerta por arriba, dejaremos la carga más atrás, lo que hará que las espátulas subviren (tarden más en entrar en la curva) y el giro será más amplio.
Desde la introducción de los esquís parabólicos (carving) en la Copa del Mundo en la década de los 90 del pasado siglo, se empezó a observar como los corredores se apoyaban mas en el esqui interior en la primera mitad de la curva, que al tener menor radio de giro, acorta la curvas, y además permiten mayor canteo en el esqui exterior, procurando mayor estabilidad, en el símil del automóvil, una rueda se le envía aceleración y a la otra reducción de velocidad , ganando en precisión y estabilidad la conducción.
En la entrada al giro, esto es más evidente, pues nuestra posición es desfavorable con respecto a la pendiente más que en la salida, por lo que el trabajo del esquí interior en la primera parte del viraje es clave en la resolución de la curva. Jhon Howe, en su obra The new skiing mechanics, (McIntire Publishing, 2001) demostró que solamente apoyando la mayor parte de la carga en el esqui exterior, el margen para aumentar el canteo de este esqui , es muy pequeño, por lo que los corredores , hacían la mayor parte del inicio de la curva en el interior, acortando el radio y por tanto la distancia, y al mismo tiempo, aumentando el canto del exterior para procurarse una línea mas ajustada.
Hasta el más principiante conduce su esqui, con dificultades a donde quiere llegar, pero el experto disfruta con la conducción, gasta menos energía, llega antes, y seguro, como se hace conduciendo la mayoría de vehículos actuales.