En esta ocasión hemos reunido el grupo más numeroso hasta la fecha, nada más y nada menos que 14 bomberos, 3 comandantes de vuelo y un “ambulanciero” del 061. Os imagináis? 18 energúmenos desbocaos lanzándose colina abajo???!! Yujjuuuuuuuu.!!!!! No hace falta decir que nos lo hemos pasado teta!!
Tengo que decir que la estación esta bien, pero no pasa de ahí, le doy un 6 rascado. Creíamos que iba a estar muchísimo mejor ya que en 2006 se celebraron allí los juegos olímpicos de invierno. Básicamente, faltaba mucha nieve, los remontes son en general viejos y aun estando en temporada alta no los abrían todos. Presumen de tener 414 km de pistas esquiables, pero a nosotros no nos salían las cuentas. No se, muchos remontes y telesillas que deberían llevarte a grandes valles repletos de pistas, pero no, no hay tanta pista. Quizás hemos tenido mala suerte con la nieve, me sabe mal decirlo, pero aquí no volveremos. Al tercer día ya teníamos todas las pistas más que trilladas. Podría deciros que me parece una estación un poco “forzada”.
Por otro lado está el ambiente, la atención al cliente, la comida y la fiesta, en esto sí que se llevan un notable. Os pongo en situación; te levantas a las 7 am, desayunas, te vistes de astronauta y con el fresquito de la mañana sales a las 9 am para coger los primeros remontes. Básicamente esquiamos hasta las 5 pm con una paradita para comer y pipi. Cuando estás muerto y crees que vas a llegar al hotel, duchita y relax, resulta que lo que es un restaurante a medio día, se convierte en un “After Ski Party” por la tarde, al mas puro estilo “Abierto hasta el amanecer”. Todo el mundo se transforma en bailarines y gogos, nos subimos encima de las mesas y bailamos como posesos al son de canciones a cual mas mala. Y no os lo perdáis, seguimos ataviados con nuestro traje “cebolla” y botas de esquí ¡vaya!.. súper cómodos. Ah!, sin sol, a la fresca, pasando la tarde en la terracita, (-17C).
En resumen:
Puedo deciros que pasar una semana rodeado de compañeros de trabajo y buenos amigos, durmiendo a 2035 metros de altura y haciendo deporte en la montaña por encima de esa cota, con lo que eso supone, pegándote unos bailes y pasando ratos muy, pero que muy divertidos, me parece sano, necesario y una recarga de baterías suprema.