Verano en Eslovenia
Todos los veranos desde hace años dedicamos parte de las vacaciones a conocer algunas de las montañas que nos quedan relativamente cerca y el destino elegido esta vez fue Eslovenia. Es un país muy pequeño, su extensión es menor que Galicia para que os hagáis una idea, una buena parte del país es montañoso y alberga una treintena de estaciones de esquí de tamaño medio y pequeño.
Su reducido tamaño permite recorrerlo sin hacer grandes kilometradas y a pesar de ello en nuestros nueve días por aquellas tierras nos dedicamos sólo a la parte oeste y dejamos la parte este para mejor ocasión. Volamos a Trieste con Ryanair, localidad italiana que hace prácticamente frontera con Eslovenia, y alquilamos un coche en el aeropuerto.
Al igual que en Austria hay que comprar una viñeta para circular por las autopistas (15 euros una semana y 30 euros un mes). Nos alojamos en hoteles familiares y, principalmente, en granjas. Hay multitud de granjas que ofrecen media pensión a buen precio y son muy adecuadas si vas con niños como es nuestro caso, ya que suelen tener columpios, animales pululando por ahí, huerta...
Uno de nuestros destinos fue el valle de Logarska Dolina. Está situado en el norte de Eslovenia, hace frontera con Austria y se encuentra muy aislado. De hecho, la ruta más rápida desde Ljubljana aconseja cruzar la frontera, pasar a Austria y entrar al valle desde el país vecino después de atravesar dos puertos de montaña con unas vistas panorámicas impresionantes.
El esfuerzo merece la pena y al entrar al valle te encuentras esta estampa
Logarska Dolina es parque natural y la entrada tiene un coste de 7 euros por persona (evidentemente se paga una vez aunque durante varios días entres y salgas en varias ocasiones) que se destina a su mantenimiento y obras de mejora. El valle se encuentra en los llamados Alpes Kamnik-Savinja y está rodeado por montañas que superan los 2.000 metros, y en verano es ideal para hacer senderismo, alpinismo... Mientras que en invierno las opciones se vuelven blancas con esquí de fondo, esquí de travesía, raquetas, escalada sobre cascadas de hielo y esquí alpino.
Las instalaciones para este último deporte son muy modestas y constan de un remonte con apenas cien metros de desnivel. Dio la casualidad que está ubicado junto al lado de la granja donde nos alojamos, así que no tuve que hacer ningún esfuerzo en sacar un par de fotos.
Nosotros recorrimos el valle desde su inicio a 700 metros hasta arriba del todo, algo más de 1.000 metros, y en nuestro camino aparecían muchas cascadas. Las dos últimas corresponden al salto de agua más conocido del valle, la cascada Rinka.
Las siguientes dos fotos también del valle de Logarska, con la Ermita de las Nieves y mi hija Ainhoa persiguiendo a un perro en el prado de la granja en la que nos alojamos.
Nuestro segundo campamento base fue Bled. Es el pueblo más turístico de Eslovenia, pero hay que visitarlo porque es un sitio muy especial, con su lago, una isla en medio, un castillo en la colina y los Alpes Julianos detrás.
Y estas son las fotos... La primera es del lago con la isla en medio, en la segunda se puede apreciar a la izquierda el castillo y la tercera es una vista panorámica desde el propio castillo.
Las dos siguientes son de la fortaleza y la tercera las vistas de los Alpes Julianos. La cima más alto, al fondo, es el monte Triglav (2.864 metros)
En Bled funciona una silla y un remonte en invierno que dan servicio a tres pistas. Es sólo para aprender, pero tiene que estar bien aprender con vistas al lago. Estas mismas pistas se transforman en verano en una pista de trineos sobre raíles.
Desde Bled nos acercamos un día al lago Bohinj, que se encuentra a unos 20 km. de Bled. De allí parte un teleférico que te da acceso en invierno a las pistas de la estación Vogel, una de las mejores del país junto con Kranjska Gora y Kanin.
Teleférico y vistas desde la estación superior
Dimos un paseo desde el punto de partida del teleférico, a unos 1.500 metros, hasta la parte más alta de la estación, a 1.800 metros. Es un terreno muy alpino, con buenas vistas y unas infraestructuras modernas (teleférico, una silla desembragable y otras de pinza fija, más varios remontes).
Edificio de llegada del teleférico donde hay un bar, tiendas...
Descansando y contemplando el paisaje desde la zona intermedia de la estación, y cabras pastando en la salida de la silla que sube a la cota máxima de 1.800 metros.
Una de vistas y foto desde el telesilla. Bajamos sin hacer esfuerzo para proteger mis maltrechas rodillas.
Este es el plano de pistas de la estación. Lo que es el núcleo de la estación tiene un desnivel modesto, unos 300 metros, pero hay una pista que baja hasta la base del teleférico a poco más de 500 metros y hace por lo tanto un desnivel de más de 1.200 metros. Imagino que sólo estará abierta en temporadas nivosas.
Después del paseo por el monte nos teníamos merecido un baño en el lago Bohinj. Muy chulo, rodeado de montañas y ¡el agua estaba templada!
Otra excursión desde Bled fue subir el puerto Vrsic. La historia de este puerto es curiosa y dramática a la vez. El Imperio Austro-Hungaro construyó la carretera durante la I Guerra Mundial como vía de abastecimiento al frente de Isonzo aprovechando la mano de obra barata que le proporcionaban los prisioneros rusos, y una avalancha de nieve durante el invierno acabó con la vida de cientos de trabajadores. Los prisioneros rusos supervivientes construyeron una capilla de estilo ortodoxo en su memoria.
Bueno, el caso es que hoy es el puerto de montaña más elevado de Eslovenia con 1.611 metros y un icono para los moteros. En dos días por la zona vimos cientos y cientos de motos de todo tipo y tamaño que buscan sus 51 curvas de herradura y los paisajes que ofrece. Estos son algunos de ellos.
Al final del valle se encuentra Bovec, que da nombre a un valle y un pueblo. El valle es muy bonito, me gustó mucho, en verano es una zona destacada para todo tipo de deportes de agua (descenso de cañones, rafting...). La belleza de este lugar no pasó desapercibida para el director de las Crónicas de Narnia, que lo escogió para rodar los exteriores de la película.
Desde el pueblo sale el teleférico que te sube la estación de Kanin-Sella Nevea, probablemente la mejor estación de Eslovenia desde su unión con la italiana Sella Nevea. Suman 30 km., pero lo mejor de todo es que es una estación que llega a 2.300 metros y por el lado italiano ofrece el nada despreciable desnivel de 1.100 metros hasta la base de 1.140 metros. Este es el apetecible mapa de la estación.
Al regresar hacia Bled hicimos una parada en Kranjska Gora. Allí se encuentra el estadio de saltos de Planica, que no visitamos, y la estación de esquí alpino de mismo nombre que el pueblo. La más conocida por disputarse competiciones internacionales.
Os pongo el mapa de pistas para que os hagáis una idea, una foto de las pistas de este verano y otra de unos largos que están junto al pueblo.
El último día, dirección Trieste, regresamos vía Tarvisio. Aquí hay otra estación de unos 35 km. con buenos desniveles que, en caso de querer conocer la zona, es la mejor zona para establecer el campamento base al estar a tiro de piedra de Sella Nevea, Kranjska Gora y la austriaca Nassfeld y sus 110 km. de pistas.
Una foto de Tarvisio y dos más de lo que se ve subiendo y bajando el puerto que une Tarvisio con Bovec.
No sólo de montañas vive el hombre y visitamos también otros lugares de Eslovenia como las cuevas de Stockjan, Piran, el castillo de Predjama, Ljubljana y el cañón de Vintgar.
Absolutamente recomendable en verano (y seguro que también en invierno)