Último día, teníamos pensado esquiar en Lermoos de camino a München, ya que teníamos el vuelo a las 19:00. Preo la prudencia nos
hizo cambiar de planes, y menos mal. De camino, el coche nos dejó tirados en Wildscönau, por donde teníamos que pasar a recoger
una bolsa. Fallo eléctrico, al parecer. Los de Sixt respondieron bien, enviando una grúa que nos remolcase hasta Rosenheim, y allí
nos proporcionaron otro vehículo para llegar al aeropuerto. Aunque nuestros planes de comer el la Hobraühaus se nos estropearon.
Mientras esperábamos, hicimos unas fotos de la zona, el día era impresionante.
Agradecer una vez más a los Pepworth que cuidaron de nosotros mientras esperábamos a la grúa, nos dieron café, sopa... y hasta
pizza, aunque justo cuando nos la pusieron llegó la grúa
En Resumen, un fantástico viaje, a pesar del final accidentado. Ahora sólo tengo ganas de volver...
Página 8: Día 7. Nauders