Para luego poder ver una procesión por mucha lluvia que caiga ...
Y terminar cenando algo como esto ...
Pues ni más ni menos que en la blanqui-verde Asturias.
Lo que va camino de convertirse para mí en una tradición, de nuevo este año volvimos a visitar las estaciones astur-leonesas, que aunque son estaciones pequeñas, la verdad es que tienen el valor añadido de sus gentes, sus paisajes, sus costumbres y, por supuesto, su generosa gastronomía.
De nuevo fuimos con nuestra amiga Mary Joe,
Que estuvo pendiente de nosotros en todo momento. No sólo ella, sino toda su familia se volcó en procurarnos una agradable estancia, y desde luego que lo consiguieron.
Debido a que ellos son de Salinas, un pueblo limítrofe con Avilés, nosotros decidimos alojarnos por la zona en un hotel que nos buscaron:
Hotel Piedras en Piedras Blancas
Un hotel de dos estrellas muy confortable y tranquilo y, lo que es mejor, con un trato familiar que para sí ya quisieran otros establecimientos. Los desayunos eran desayunos atómicos, casi no podíamos con ellos, lo que nos daba fuerza para seguir todo el día.
Bueno, este año el tour consistió en visitar las estaciones de Valgrande-Pajares, Leitariegos, San Isidro y la joya de Fuentes de Invierno. Aquí estamos los tres intrépidos protagonistas de esta historia ...
También tuve intención de hacer un vuelo en parapente por la zona, pero desgraciadamente la méteo no se alió conmigo y no fué posible.
Valgrande - Pajares
Grande es esta estación, no sé por qué, pero me encanta. Tiene ese espíritu de estación antigua, estación retro, que la hace a mi modo de ver muy auténtica. Al paso del tiempo resisten algunas reliquias como las que hay expuestas en el bar de la parte alta de la estación. Mi padre tuvo unas botas igualitas a esta:
Eso sí, yo creo que nadie de mi familia ha calzado unos esquís así, jeje
Y al igual que ocurre con todas las estaciones con cierta solera en España, están mal situadas y son las que antes pierden la nieve,
Aunque por supuesto, se sigue pudiendo esquiar, sólo hay que ampliar el campo de visión
Siendo Semana Santa, con los calores y las lluvias previas, no podíamos esperar mucho de la nieve, pero tuvimos la gran suerte de que la noche anterior nevó. Quién se lo iba a imaginar, esquiar a estas alturas con nieve en polvo es todo un lujo, un regalo de los dioses celtas.
Nieves que eran aprovechadas por algunos intrépidos novatos que disfrutaban iniciándose en este adictivo deporte
Dos asturianas, dos leonesas y tres rondándolas
Y a mí me hacía envalentonarme y me incitaba a ponerme ese endemoniado aparato monocelular
Otra de las cosas que tienen muy bien cuidadas en la estación, es el pisado de pistas ...
Nos paramos un momento ...
porque en esta estación, se pueden contemplar paisajes espectaculares
Que nos trasladan a mundos imaginarios de los que esperas que en cualquier momento se te aparezca algún personaje fantástico
Y al que se les quiere cercar para tú seguridad, no vaya a ser que ya no quieras volver al mundo real
Como ya he dicho, la bandera asturiana debería ser verde y blanca y azul ...
No sólo se pueden disfrutar de paisajes espectaculares, sino también de bellos rincones como estos ...
Que con un buen paquete permiten hacer pequeños fuera pistas ...
Un par de panorámicas antes de irnos a comer ...
Y a comer.
Este mesón está bajando el puerto de Pajares en dirección Asturias y lo he remarcado en la foto, porque nos dieron de comer a eso de las 17.30 h. Mientras que en el bar de la estación casi nos estaban dando collejas porque querían cerrar la estación, es este sitio, no sólo no nos pusieron mala cara, sino que encendieron la chimenea y enchufaron la cocina para hacernos la comida, que estaba de muerte. Totalmente recomendable por trato y calidad.
Continúa ...