El día volvió a amanecer despejado, así que tomamos el camino a Livigno, en Italia. Para ello primero hay que cruzar parte de Suiza. Al llegar al puerto, comenzaron nuestros problemas con las supuestas ruedas de invierno, aunque conseguimos solventarlos, conduciendo con mucho cariño. A los lados se abrían precipicios importantes!
La carretera estaba bastante cubierta de nieve. Un poco más adelante ya ni siquiera se distinguía el asfalto.
Increíbles vistas del “Parc Naziunal Svizzer” desde el Pass dal Fuorn
Un poco de nieve ya tenían, jejeje
Acercándonos ya a la frontera italiana
Una vez en la estación, las cantidades de nieve acumuladas eran increíbles
Pepelu y yo nos empezábamos a relamer pensando en la nieve. Detrás, Bike y George.
Vistas del otro lado del valle desde la zona Mottolino
Mucha nieve!
Esa mancha boscosa que se ve al fondo es Bormio. Para el próximo viaje, quizás?
Yo también quiero salir con Bormio al fondo!
Ya en el otro lado del valle, con el lago al fondo. Llevo los esquís puestos, aunque no se vean…
Pepelu andaba buscando algo por allí, aún no sabemos qué, jejeje.
Apurando las últimas bajadas
George tenía ganas de fiesta, pero no le dejamos. Teníamos que comprar cadenas y cruzar otra vez el puerto, porque la carretera estaba impracticable con nuestras ruedas.
Pepelu, su gorro de pitufo, y los caprichos de la nieve.
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