Nivel: Iniciación
Mi
amigo Javi Conde dice con razón, que lo primero que
habría que enseñar a los alumnos es la
razón por la cual el esquí gira. Efectivamente, éste es uno de esos
conceptos que se nos suele olvidar de puro obvios y, sin embargo, saber el
porqué de las cosas ayuda extraordinariamente a que los esquiadores lleven a
cabo los gestos adecuados. ¿Por qué gira
un esquí?
Todos
deberíamos saber que es, principalmente, debido a su tallaje - su línea de cotas - es decir, esa
diferencia de anchura entre la espátula, el patín y la cola. A poco que el
esquí se cantee, el patín tenderá a quedar “en el
aire”, y por la presión de nuestro cuerpo y de nuestra intención de pisar, la
tabla se combará y girará mientras
avanza (“mientras avanza”, no lo
olvidemos). Cuanto más presión y más canteo haya, más se combará el esquí y más
cerrada será la curva; dependiendo, claro está, de la velocidad a la que
viajemos.
En la foto podemos observar esto perfectamente mientras el chaval
describe una curva sobre sus cantos.
¿Qué
tenemos que hacer entonces? ¿Empujar
los esquís o pisarlos y cantearlos?
Empujarlos y ponerlos de lado es la reacción típica para girarlos, pero esto no
es muy depurado. Sirve, es verdad; así se esquiaba antes y todavía podemos
recurrir a empujar los esquís de lado en determinadas circunstancias, pero lo
mejor es ayudar a las tablas a hacer el
trabajo para el que están diseñadas, mientras van avanzando y cortando en
la nieve. Las prisas por salir de la máxima pendiente girando pueden hacernos
presionar excesivamente, pero hay que ser pacientes, confiar en el diseño de
las tablas, y ver cómo van describiendo un viraje a media que “las pisamos”.
¿Qué sensaciones tendré cuando haga esto? Si
estoy “empujando” en lugar de “pisando”, es seguro que notaré casi toda la
presión en el talón. Al pisar, sin
embargo, sentiré el apoyo en la parte delantera de mis pies o, en todo caso,
distribuido por toda la planta. Un
buen truco para pisar correctamente es hacer que el movimiento parta del tobillo, flexionándolo hacia delante
como si quisiéramos adelantar la rodilla (por eso, antiguamente se enseñaba a
adelantar las rodillas o a apretar en las espinillas, truco que era
bienintencionado pero un error de concepto, pues este gesto parte de abajo
arriba o sea, del pie o el tobillo, y no al contrario). Cuando flexiono los
tobillos inmediatamente la presión se desplaza a la parte delantera del esquí,
y si éste está avanzando, la espátula muerde
en la nieve y, la tabla se arquea
iniciando el giro.
Probemos
esto, por ejemplo, en una diagonal,
y comprobaremos cómo dejamos dos surcos impecables en la nieve. Hagamos una pequeña
extensión, dejemos a los esquís enfilar la pendiente y notemos de nuevo
nuestros tobillos presionando…. A poco que las tablas no estén planas en la nieve, se combarán y describirán un nuevo
viraje tal como explicábamos arriba. ¿Por qué gira el esquí? Porque están diseñados para ello, je, je. Es así de fácil.
Confiemos en ellos.
Carolo © 2004