METEO Y PREVISIONES DE NIEVE

Enviado: 10-04-2008 16:30
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Tiene algunos años, pero D. Manuel Toharia, D Jorge Olcina y D Antonio M. Rico Amorós, saben de lo que hablan, y nos regalan este artículo para pensar y meditar.....



[rua.ua.es]



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Enviado: 10-04-2008 18:35
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Jo que tocho!

Luego me lo leo, gracias Barrufa! pulgar arriba
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uri
uri
Enviado: 10-04-2008 18:36
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Y tan extenso risas risas risas risas
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Enviado: 10-04-2008 19:35
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Aúpa Barrufa!!!

Muy buen aporte, a ver cuándo lo imprimo para leerlo, porque he empezado en la pantalla y sólo he aguantado 3 páginas risas risas risas risas



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Enviado: 10-04-2008 20:11
Admin
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lo acabo de imprimir. Tiene muy buena pinta pulgar arriba pulgar arriba



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Enviado: 10-04-2008 20:44
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Yo tengo pendiente comprarme el ultimo libro de Manuel Toharia "El clima.



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Enviado: 10-04-2008 21:21
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Pues a mi me parece penoso, aparte de pedante.

Como prefiero no perder el tiempo en este tipo de cosas, yo les animaria aque lo enviaran a publicar a una revista cientifica internacional de prestigio.

Es curioso que apenas cuatro de las aproximadamente 50 referencias sean en ingles y el resto en español. No sabia yo que fueramos unos fieras en esto de la investigacion climatica. Otra explicacion es que no sepan ingles, como se desprende de la pesima traduccion del resumen donde se usa 'time' en lugar de 'weather' para referirse al tiempo atmosferico.

La tesis central es el porcentaje que cada componente contribuye al calentamiento (natural) de la tierra por efecto invernadero. No se explica como se han derivado los valores, lo cual es de poco rigor cientifico.

Luego se nos dan dos valores de porcentaje de aporte del efecto del CO2 y se nos hace creer que la relacion es linear. En base a que?

De hecho el calentamiento por efecto invernadero proviene de la absorcion de onda larga, cualquier estudiante de fisica sabe que la emision de onda larga la describe la ley de Stephan-Boltzman y que depende de la temperatura a la cuarta potencia (a la cuarta potencia no es linear)

Luego se compara el aporte de CO2 antropogenico a la atmosfera con el almacenado en el mar. Ridiculo, pues este ultimo no afecta a la atmosfera. Podian haberlo comparado a los sedimentos calcareos que son aun mucho mayores.

Como guinda se nos inculca la duda por las emisiones volcanicas y se nos da el ejemplo del Etna, que emite 10.000 toneladas. Curioso que antes hablan de petagramos, que suena a chino y ahora de miles de toneladas. El aporte del etna resulta que no llega al 0,00017% de la emision humana, pero eso si se nos presenta como grandioso.

Mauna Loa no es el unico observatorio de CO2, y ademas detecta perfectamente los cambios estacionales que ellos reprochan. Que no se estudia la reforestacion? a quien le interesa que haga una busqueda por "carbon secuestration" en el google scholar

de los CFC mejor ni hablar y del efecto en la Antartica, pues de eso podria hablar mucho, pero pa que?! Ignoran todos los estudios de glaciologia reciente sobre el tema, muchos incluidos en el IPCC, que de hecho han previsto correctamente el aumento de espesor del hielo en la Antartica, verificado correctamente por mediciones precisas usando interferometria de radar de apertura sintetica. Y ellos pretenden venderlo como algo novedoso. Todo eso hace tiempo que esta incluido en los calculos de cambio de nivel del oceano (y lo de la isostasia y efectos tectonicos, tambien, pero con mucha mas precision)


En fin, que es un discurso insulso y carente de rigor cientifico dedicado a audiencias poco educadas y sumamente credulas. O eso o sus autores no han leido un articulo cientifico desde que salieron de la universidad a mediados del siglo pasado.

A mi lo que mas me gusta en este mundo es esquiar, y lo ultimo que quiero ver es desaparecer la nieve, pero con doctrinas de autoengaño no llegamos a ninguna parte.
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Enviado: 10-04-2008 22:58
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No iba a hablar del cloro y los CFC, pero añadire esto:

Cita
University_of_Boulder_Colorado
Except that no volcano on which measurements have actually been
made has injected anything remotely approaching a megaton of Cl
into the stratosphere. Pinatubo, the largest eruption since Katmai
1912 (and in terms of total stratospheric penetration the largest
since Krakatau 1883), orders of magnitude more powerful than the
current dustups in Mexico and the Caribbean, made no significant
net contribution to stratospheric chlorine. See:

W. Mankin, M. Coffey and A. Goldman, "Airborne observations of
SO2, HCl, and O3 in the stratospheric plume of the Pinatubo volcano
in July 1991", Geophys. Res. Lett. _19_, 179, 1992.

L. Wallace and W. Livingston, "The effect of the Pinatubo cloud
on hydrogen chloride and hydrogen fluoride", _Geophys. Res. Lett._
_19_, 1209, 1992.

Moreover, ice core analyses, which document volcanic eruptions
very nicely by means of SO2 spikes, show no evidence of chlorine
enhancement following major volcanic eruptions, not even for
monsters like Tambora 1815. See:
R. J. Delmas, _Reviews of Geophysics_ _30_, 1, 1992.

There is no evidence whatsoever that volcanoes are an important source
of stratospheric chlorine. In fact, there never was any direct evidence
- 20 years ago there was some intelligent speculation, that is all,
which turned out to be wrong when measurements were actually carried out.
It's a dead hypothesis, abandoned even by the people who originally came
up with it.

Lo cual añade peso a la hipoteis de que estos señores dejaron de leer articulos cientificos hace mucho tiempo
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Enviado: 11-04-2008 09:15
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Bien en vista de las diferentes "pasiones" estas( smiling smiley) o estas ( Enfadado - Angry) voy a poner una critica sobre el ultimo libro del señor toharia para hacernos una mejor idea del interes del mismo..





Manuel Toharia
El Clima
El calentamiento global y el futuro del planeta
EL CLIMA: EL CALENTAMIENTO GLOBAL Y EL FUTURO DEL PLANETA
de TOHARIA, MANUEL
EDITORIAL DEBATE
Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Rustica
ISBN: 8483066831
336 pgs (15.0x23.0 cm)
19.50€ Ver primer capítulo
Comprar Libro
Tsunamis, huracanes, inundaciones, deshielo... Nadie permanece ajeno a estos fenómenos, nadie niega que cada verano aprieta más el calor, aunque en la mayoría de los casos no sepamos a qué obedecen estos cambios. El autor responde con gran claridad a los interrogantes que suscitan estos misterios meteorológicos y nos ofrece una serie de útiles consejos para hacer frente al clima y a sus negativas consecuencias medioambientales.

El cambio climático y los diferentes problemas medioambientales que amenazan la vida en la Tierra, es decir, las variaciones que todos observamos –de las olas de frío a los tsunamis, del agujero en la capa de ozono al CO2– son motivo de discusión tanto en foros públicos como entre los especialistas. Pero bajo estas ideas genéricas que todos manejamos se esconde, en realidad, un conjunto de tópicos, falsedades, ideas recibidas y muy poca información veraz. Este libro da cuenta de aquello que no aflora a la superficie de los medios de comunicación, y describe, con un lenguaje asequible lleno de ejemplos concretos, qué está pasando en realidad con el tiempo y cómo se avanza, sin pausa, hacia un futuro desolador. Desde la diferencia entre tiempo y clima hasta las consecuencias para la agricultura de las sequías o las grandes inundaciones, pasando por el derroche cotidiano de agua, energía, alimentos y toda clase de cosas imprescindibles, Manuel Toharia –físico, periodista y uno de los divulgadores científicos más respetados del panorama nacional– hace un recorrido por estas cuestiones ofreciendo un amplio abanico de ideas, consejos prácticos y recomendaciones sobre cómo frenar, desde casa y sin grandes aspavientos, esta destrucción sistemática de la vida en el planeta.
Opinión
JOSÉ MANUEL SÁNCHEZ RON (www.elpais.com)

El autor de este libro, Manuel Toharia, es un tipo interesante, con una notable biografía a sus espaldas. Tras estudiar Ciencias Físicas trabajó (1969-1975) en el Servicio Meteorológico Nacional, iniciando a continuación una carrera centrada, de muy diversas maneras, en la difusión de la ciencia. Escribió sobre ciencia para varios periódicos y fue "hombre del tiempo" en Televisión Española. Luego participó en la creación de dos revistas de divulgación científica, una de la cuales dirigió hasta 1988, iniciando entonces una nueva etapa, como director, primero del Museo de Ciencias de La Caixa, en Alcobendas, y a partir de 1999 del Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de Valencia. El libro que ahora publica, El clima (subtitulado, El calentamiento global y el futuro del planeta) se ajusta como anillo al dedo a sus habilidades e intereses; incluso a algunas de sus características personales (es un hombre apasionado y comprometido con el mundo en que vive y que no se priva de expresar sus opiniones ni de entrar en polémicas).

Escrito en un tono eminentemente didáctico, este libro de Toharia comienza dedicando algo menos de su primer tercio al clima que debió existir en el pasado, remoto y reciente, de la Tierra. Es una buena táctica para introducir y explicar algunos de los principales mecanismos que pueden dar origen a calentamientos y glaciaciones, sucesos por lo que nuestro planeta ha pasado a lo largo de su historia. El cambio climático que parece está experimentando ahora la Tierra no es nuevo, lo nuevo es que nosotros estamos presentes para constatar su llegada, sufrir sus efectos y darnos cuenta de que hemos sido parte esencial en su aparición.

A través de los dos capítulos que tratan del pasado, los lectores se darán cuenta de los muy variados y complejos mecanismos que intervienen en los fenómenos meteorológicos, una situación que hace que nos planteemos todo tipo de posibilidades y preguntas, muchas sin contestar todavía. Toharia insiste machaconamente en este punto, en que las incertidumbres son muchas. "Es difícil de cuantificar", escribe, por ejemplo, "el movimiento de las corrientes profundas o la emisión directa o indirecta del calor desde la superficie del mar. Ni siquiera sabemos cuán es la capacidad de los mares para absorber dióxido de carbono, y conocemos mal las reacciones químicas que se producen con gases invernadero tan importantes como el metano y el ozono. Ni tampoco entendemos bien cuál es el orden de magnitud de la energía que intercambian, a largo plazo, las aguas del planeta en superficie con las aguas profundas, y también con el aire y con las tierras".

Sabemos que los procesos meteorológicos son algo así como un "arma de doble filo". Las nubes, por ejemplo, pueden actuar como elementos que frenan el efecto invernadero, actuando durante el día como pantallas que impiden la llegada de la radiación del Sol a la Tierra, pero, por otro lado, acumulan calor en las noches, enfriando menos por estar el cielo cubierto.

Decía antes que Toharia no ha rehuido entrar en polémicas defendiendo sus ideas. Y una de ellas es que la verdad científica no debe admitir compromisos, aunque sus resultados no se ajusten a lo que nos gusta o interesa, incluso cuando se trata de defender causas nobles. Fiel a tal espíritu, y aun estando muy preocupado por el futuro climático de la Tierra, no se ha recatado en criticar aquello que en su opinión se utiliza erróneamente para defender la existencia de un calentamiento global producido por la actividad humana. Los casos, por ejemplo, de ciclones como el Katrina, que, escribe, "no pasó de ser un ciclón tropical muy activo de los que todos los años se dan varios en la misma zona". O la posibilidad de la subida del nivel de los mares y océanos, de la que comenta: "En todo caso, el riesgo de que los hielos antárticos se conviertan en agua y hagan subir el nivel del mar es muy remoto, ni siquiera si aumentan mucho los gases de efecto invernadero...

De hecho, casi todos los científicos asumen que si sube el nivel del mar será por dilatación del agua, debido al calentamiento, y no tanto por la fusión de los hielos continentales".

Incertidumbres y posibilidades diversas cuando no contradictorias han sido, y continúan siendo, utilizadas por muchos para argumentar que no hay que preocuparse tanto, que el futuro no es tan sombrío como algunos quieren hacernos creer. Toharia no forma parte de este clan: "De todos modos", declara, "y por mucho que nos falte por saber, ha de quedar claro... que aunque no sepamos muchas cosas y temamos muchas otras, parece imprescindible adoptar medidas que incidan en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero".

Hay problemas por los que preocuparse, y la lista que aparece en este libro es más que abundante; por ejemplo: contaminación por emisión de dióxido de carbono, superpoblación y derroche energético. También la pobreza. Como dijo Indira Gandhi: "La peor contaminación es el hambre". Y es que el problema del clima se entiende desde la ciencia, pero se soluciona -si es que es posible- desde la política y la acción social. Precisamente por ello, Toharia dedica el último capítulo a comentar posibles soluciones individuales y colectivas.

El clima es un magnífico libro. En ocasiones, cierto es, algo reiterativo. Tal vez por la propia pretensión de Toharia de llegar al entendimiento y al corazón de los lectores, siguiendo su estilo de siempre, basado en la argumentación didáctica, y en el énfasis que pone en sus palabras. Otras tácticas son, sin duda, posibles, pero cada cual es como es, y de lo que no hay duda es de que con esta clara y noble obra, su autor ha prestado un buen servicio a la colectividad. A los que ahora la formamos y a los que la formarán en el futuro. Porque el clima es más un problema del mañana que de hoy. Es simbólico en este sentido que Toharia dedique su libro "a sus nietos... y a sus hijos y nietos, mis descendientes". Tal vez nuestros descendientes escupan sobre nuestra memoria, víctimas de un clima hostil que nosotros ayudamos a producir, pero estoy seguro de que los nietos de los nietos de Toharia no harán lo mismo al leer lo que su antepasado Manuel tan noblemente escribió en 2006.

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Saludos y espero que no se me enfade nadie smiling smiley



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Enviado: 11-04-2008 09:34
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Por cierto el artículo no solo es del señor toharia tambien participo el señor Jorge Olcina,(este es de mi edad..)

Voy a poner un artículo suyo de hace 3 años.

El Pais 07/03/2005

¡Que viene el coco!
TRIBUNA: OPINIÓN JORGE OLCINA
Jorge Olcina es Catedrático y director del Laboratorio de Climatología
de la Universidad de Alicante

Resultaría sencillo este invierno negar de raíz la hipótesis de cambio
climático por efecto invernadero a la vista del frío intenso y
recurrente que estamos padeciendo. Pero sería caer en un argumento
demagógico carente de base científica. Y esto es peligroso porque
todavía hay quién discute que la reducción de gases contaminantes a la
atmósfera es una imperiosa necesidad, un acto de responsabilidad de
nuestros mandatarios políticos y de toda la ciudadanía en general.
Hay, creo yo, un amplio consenso en señalar que en los últimos años la
maquinaria climática mundial muestra síntomas de alteración en sus
pautas de comportamiento.

Y hay consenso, también, en la necesidad de tomar medidas y de seguir
investigando. Hemos gastado demasiado tiempo en actuar con muy poco
respeto sobre la Naturaleza y es el momento de poner soluciones.
Tampoco resulta muy prudente la afirmación de que difícilmente podemos
avanzar las condiciones climáticas futuras, si todavía no podemos
predecir el tiempo atmosférico con fiabilidad más allá de unos días.
Hablamos de procesos distintos, que requieren tratamiento distinto. No
es lo mismo, ciertamente, la búsqueda de la certeza inmediata que el
planteamiento de tendencias futuras. Pero, junto a todo esto, se puede
señalar que hoy por hoy resulta problemática la afirmación, con
rotundidad científica, de que el clima del mundo que hemos conocido
los últimos cien años haya cambiado ya. O dicho con pleno rigor, de
proclamar que el balance energético planetario se hubiese alterado ya
de forma definitiva. Porque en puridad, el cambio climático que se
discute es eso, una modificación en las condiciones de energía
calorífica de la Tierra, de su superficie continental, de sus mares y
de su atmósfera envolvente.

De niños nos decían que si no nos dormíamos pronto, vendría el coco, o
en la versión más amenazadora de la dulce nana nos señalaban que nos
comería. Con los años, nos dimos cuenta de que ese coco nunca
aparecía. La presentación, hace unos días, de las conclusiones de un
proyecto de investigación sobre el cambio climático coordinado desde
la Universidad de Castilla-La Mancha y en el que han tomado parte más
de cuatrocientos expertos nos ha llenado de inquietud. ¿O tal vez no?

Y todo ello porque la ciudadanía no ve tan claro que el cambio
climático sea una realidad tangible. O a lo mejor, tan sólo, no quiere
asumirlo. Lo primero supondría que la hipótesis del cambio climático
no se podría confirmar con la rapidez y rotundidad que al principio
parecía. Lo segundo, más problemático, nos hablaría de una sociedad
-la nuestra- insensible ante esta trascendente cuestión ambiental. De
ambos ingredientes se compone el estado de la cuestión del cambio
climático en la sociedad española.

Llevamos unos años de divulgación indiscriminada del tema del cambio
climático. En mi opinión esta cuestión saltó excesivamente temprano a
la opinión pública, dejó pronto de ser un tema de investigación
científica básica de enorme importancia para el futuro de la humanidad
y pasó a convertirse en un eslogan fácil. En las conversaciones con
los vecinos en el ascensor no hay quien se atreva hoy a negar que el
tiempo caluroso o frío diario es causa del cambio climático. Nos hemos
vuelto expertos en clima, como ya lo éramos en cuestiones
futbolísticas. Se ha hecho un flaco favor a la ciencia, en beneficio
del titular llamativo. Y por eso cada cierto tiempo hay que alimentar
el relato de hechos desastrosos. Parece, además, que la aportación de
sobresaltos debe ser cada vez más impactante, porque nos vamos
haciendo insensibles a los probables escenarios de peligro futuros. La
verdadera ciencia climática española, la climatología geográfica, ha
sido siempre muy prudente ante la hipótesis del cambio climático que
está en juego. Incluso a menudo ha reaccionado a la defensiva ante las
barbaridades sin fundamento que se difundían a la sociedad. Y todo
porque es consciente de la dificultad inherente al estudio del tiempo
y clima mundial y sobre todo a la complejidad que supone la plasmación
territorial de los fenómenos atmosféricos. La Comunidad Valenciana es
un buen ejemplo de ello. En las investigaciones sobre cambio climático
realizadas durante los últimos años en nuestro territorio se llega a
la conclusión de que ni las temperaturas ni las precipitaciones han
registrado una alteración significativa en sus valores medios. Para
ello es necesario analizar observatorios rurales y no sólo urbanos
como suele hacerse. No se aprecia, de momento, un aumento en la
evaporación que sería la consecuencia lógica del incremento térmico.

Es absolutamente falso afirmar que en la actualidad se producen más
peligros climáticos que hace unas décadas en la Comunidad Valenciana.
Las estadísticas de episodios atmosféricos de rango extraordinario no
señalan nada en este sentido. Otra cosa es que el riesgo ante
determinados episodios, sequías, inundaciones y temporales marítimos
esencialmente, haya aumentado porque la sociedad valenciana está
actuando de forma imprudente con la naturaleza, ocupando espacios
inundables o primerísimas líneas de costa y cultivando o edificando
por encima de los recursos hídricos existentes. Por tanto, no hay más
peligros pero sí hay más riesgo.

Estamos ante un tema muy serio que hay que seguir investigando en
profundidad. Los indicios de cambio que se aprecian en el clima
mediterráneo son el aliado perfecto para animar nuevos análisis más
allá del mensaje reiterado de la subida de temperaturas. Lo
fundamental es aclarar cómo se manifestará ese aumento térmico en las
pautas meteorológicas diarias o lo que es lo mismo, si se pueden
llegar a modificar los tipos de tiempo que hoy configuran nuestro
clima. Queda mucho por hacer. El aumento de precipitaciones de barro
que se registra en los últimos quince años puede hablar de la mayor
influencia de la Célula de Hadley en nuestra atmósfera mediterránea.
De confirmarse, si que estaríamos ante un cambio climático real.

Por eso duele tanto que la difusión de noticias sobre el cambio
climático haya caído en el tremendismo mediático del que la sociedad
empieza a mostrar cansancio. Se está echando por tierra el trabajo de
muchos investigadores españoles que llevan años intentando demostrar
si las alteraciones actuales del clima son reversibles o no, si estas
pulsaciones son tan dramáticas como se nos afirma o no. Y todo porque
el sensacionalismo ha triunfado sobre la ponderación a la hora de
transmitir los mensajes sobre el tiempo y el clima. Y ha triunfado
también el mensaje único frente al contraste de opiniones. Hay
realidades como la que nos ocupa que teniendo un fondo general de
certeza puede encerrar matices e incertidumbres.

La investigación científica debe divulgarse al gran público, pero no
debemos caer en la vulgarización. Y desafortunadamente, en la cuestión
del cambio climático, caemos muy fácilmente en este error creyendo que
así podemos ganar adeptos para una causa sobre la que la sociedad ha
terminado por hacer la vista gorda, mostrando escaso interés por el
conocimiento de sus condiciones ambientales futuras. Y así sale
perdiendo la investigación científica y la sociedad.








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Enviado: 11-04-2008 10:25
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Cita
barrufa
Bien en vista de las diferentes "pasiones" estas( smiling smiley) o estas ( Enfadado - Angry) voy a poner una critica sobre el ultimo libro del señor toharia para hacernos una mejor idea del interes del mismo..

Ni este articulo ni el siguiente refutan mis criticas cientificas del post anterior.

Un tsunami no es de origen climatico sino tectonico

el ipcc da una prevision de entre 18 y 59 cm de subida del nivel del mar hasta fin de siglo segun nivel de emisiones y modelos. Eso, sin duda, esta muy lejos de las fotos catastrofistas de greenpeace mostrando la Manga del Mar Menor inundada. El hecho de que estos datos coinciden con la afirmacion de Toharia (incluida la de la expansion termica), muestar que el articulo de Toharia, Alcina y Amoros podria haberse escrito de forma mucho mas solida sin exponerse a las criticas antes vertidas.

Y en general, como pasa con toda la literatura academica española, abunda mas la paja que el grano.
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Enviado: 11-04-2008 10:33
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Cita
arvaki
Cita
barrufa
Bien en vista de las diferentes "pasiones" estas( smiling smiley) o estas ( Enfadado - Angry) voy a poner una critica sobre el ultimo libro del señor toharia para hacernos una mejor idea del interes del mismo..

Ni este articulo ni el siguiente refutan mis criticas cientificas del post anterior.

Un tsunami no es de origen climatico sino tectonico

el ipcc da una prevision de entre 18 y 59 cm de subida del nivel del mar hasta fin de siglo segun nivel de emisiones y modelos. Eso, sin duda, esta muy lejos de las fotos catastrofistas de greenpeace mostrando la Manga del Mar Menor inundada. El hecho de que estos datos coinciden con la afirmacion de Toharia (incluida la de la expansion termica), muestar que el articulo de Toharia, Alcina y Amoros podria haberse escrito de forma mucho mas solida sin exponerse a las criticas antes vertidas.

Y en general, como pasa con toda la literatura academica española, abunda mas la paja que el grano.

No era mi intención refutar las criticas del señor Arvaki,dios me libre!!!,solo amplio un poco mas sobre Toharia,soy un devorador de libros y quero pegarle un vistazo a este.

PD.
Ya se encargara el señor Toharia de ello o ¿no? (me refiero a refutar las críticas).

Saludosss



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Enviado: 11-04-2008 12:24
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Aúpa!!!

Para mí ésto resume lo que estamos viviendo,

Se ha hecho un flaco favor a la ciencia, en beneficio
del titular llamativo. Y por eso cada cierto tiempo hay que alimentar
el relato de hechos desastrosos. Parece, además, que la aportación de
sobresaltos debe ser cada vez más impactante, porque nos vamos
haciendo insensibles a los probables escenarios de peligro futuros.


la difusión de noticias sobre el cambio
climático ha caído en un tremendismo mediático del que la sociedad
empieza a mostrar cansancio.


La investigación científica debe divulgarse al gran público, pero no
debemos caer en la vulgarización. Y desafortunadamente, en la cuestión
del cambio climático, caemos muy fácilmente en este error creyendo que
así podemos ganar adeptos para una causa sobre la que la sociedad ha
terminado por hacer la vista gorda, mostrando escaso interés por el
conocimiento de sus condiciones ambientales futuras. Y así sale
perdiendo la investigación científica y la sociedad.




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