Después de pasar "la tormenta", vaticinan una suculenta calma al panorama. Si a ello le sumamos las ganas que se han quedado enfrascadas en la que habíamos planteado como una de las más bonitas etapas ,es la combinación perfecta para conseguir una jornada doblemente redonda. Futura e inminente etapa.
Igual que cada día el sol sale por oriente, pero no por ello amanece igual. Por elección de la madre naturaleza el cielo, en esta ocasión, va tiñéndose de un azul intenso lo que provoca que fuera haga un fresco del carajo y por otro lado, que alguno entre en "estado efervescente" nada más salir de la cama...
Crónica:
La Sella Ronda