En este sentido, se ha construido una segunda planta de producción de nieve, con la que se prevé doblar la capacidad para producir nieve artificial gracias a los 25 nuevos innivadores que se han comprado, con los que la estación llega a los 250 cañones, una cifra que Ferrer considera «interesante» y que permitirá asegurar el descenso en veinte kilómetros de pistas con nieve artificial.
Si la temporada es buena, el director de la estación prevé una afluencia «de entre 80.000 y 100.000 esquiadores», que mayoritariamente se desplazarán a la estación de esquí por la carretera que une Solsona y Sant Llorenç de Morunys pasando por Lladurs. Es por ello que Ferrer reclama mejoras en el tramo Solsona-Lladurs, y ve de buen ojo la rotonda que se está ultimando la entrada en Solsona, delante del garaje Montaner, y que debe servir para «dinamizar la circulación de vehículos».
Con la actual situación económica, los responsables de Port del Comte quieren potenciar al máximo las actividades turísticas que ofrece la zona y que no están relacionadas directamente con la nieve. Así, el pasado mes de agosto se inauguró un hotel de trece habitaciones en la casa club de golf, dirigido «a una clientela familiar», afirma Ferrer. Entre otras actividades, el complejo también ofrece la posibilidad de jugar al golf «gratuitamente» en un campo de nueve hoyos que combina la hierba y la alfombra sintética en los green, recorrer el parque acrobático de aventura o bien practicar el tubby en una pista de 150 metros de longitud.
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