La transición del invierno al verano en Artouste se está haciendo a toda máquina. Y nunca mejor dicho porque la locomotora de este cambio en su modelo de turismo lo está liderando el Petit Train, quién ya representa cerca del 70% de la facturación de la empresa.
El esquí, la actividad que dio vida a la estación de Artouste en 1966, está dejando paso poco a poco a otras ofertas que están imponiéndose después de varios inviernos en que las cosas se han vuelto algo más complicadas para mantener las condiciones. Y es que desde 2019, los responsables del centro invernal renunciaron voluntariamente a la nieve artificial. Así, excepto en algún punto en concreto destinado a las clases, se enmiendan a la madre naturaleza.
Desde 2019, la gestión de la estación de esquí de Artouste se hace directamente desde el propio Ayuntamiento. Una de las primeras decisiones fue la rebaja del forfait a 19 euros, el más barato del Pirineo francés. También hacer un proceso de transición para no depender tanto de la nieve para equilibrar los números.
Con ese objetivo se potenció el Petit Train de Artouste (puesto en marcha por primera vez en 1933) ampliando los contratos con las empresas de mantenimiento y el personal para que pudiera ponerse en marcha más meses durante el año. El pasado invierno ante la falta de la llegada de las nevadas, permitió seguir recibiendo turistas en la semana de Navidad.
Actualmente el Petit Train de Artouste vende 120.000 tickets frente a los 50.000 días de esquí del invierno. La diferencia eso si, es que uno no genera noches de alojamiento, y para la actividad en nieve se mueve todo un ecosistema económico que incluye, además del forfait, el alquiler de material, restauración, alojamiento, etc... De hecho en verano se contrata a 60 personas por las 110 del invierno.
Por eso las clases de esquí y especialmente las semanas de las vacaciones escolares concentran gran parte del negocio de Artouste en invierno. Así que por que no, desde este complejo invernal y centro de montaña, han pensado que por qué no, trasladar algo de esta actividad al verano.
Sobre la mesa han puesto un proyecto para cubrir de material sintético la pista a la que se accede desde la llegada del telecabina. La inversión es de entre 350.000 a 400.000 euros, con parte de ella financiada con fondos públicos. Desde el Ayuntamiento aseguran que esto es más barato que haber cambiado la nieve artificial en la zona de debutantes, que además no garantiza siempre que se pueda poner en marcha porque dependerá de las temperaturas y la humedad.
El objetivo es poder garantizar las clases para debutantes en invierno, e incluso poder ofrecer esta actividad en verano junto a la del Mountain Kart, BTT, las que se ofrecen en el lago de Fabrèges y la futura tirolina. con eses que tendrá un coste de 432.860 euros.
La transición no supone el abandono del esquí. De hecho sobre la mesa hay un proyecto para renovar el telesilla d'Ours. Un biplaza que se inauguró a mediados de los '60 junto a la estación, y que, aunque no da problemas, debe sustituirse por Ley.