El rey Carlos III no quiere arriesgarse a tener que celebrar su ceremonia de coronación con unas muletas o el brazo en cabestrillo. Por eso, ha decidido cancelar su viaje anual a esquiar por primera vez en 45 años. Su destino tradicional suele ser la estación de esquí suiza de Klosters. Allí empezó a ir con su ex-mujer, la difunta Lady Di y suele ir cada mes de febrero o marzo
Entre las razones que la Casa Real ha querido dejar caer, está también la mala apariencia de ir a esquiar en mitad de la peor crisis económica que está viviendo el Reino Unido. El país se encuentra al borde de una recesión económica que logró esquivar por los pelos en 2022 tras un crecimiento cero de su PIB, pero que toda apunta que no podrá evitar este 2023, viendo como ha empezado el año. Cada vez más británicos viven de la caridad o no tienen ni para pagar servicios básicos como la electricidad o el agua.
Además los expertos en temas de monarquía aseguran que el primer viaje del Rey al extranjero debe ser tras su coronación, y como un compromiso oficial "no puede ser que agarre la corona y ya se tome unas vacaciones". No obstante Charles tiene previsto realizar visitas oficiales a Francia y Alemania antes del gran día de mayo, y los dos viajes están previstos para finales de marzo.
De todas maneras el servicio de prensa del Palacio de Buckingham ha evitado hacer comentarios acerca de la cancelación del viaje a Klosters del Rey Carlos III.
El viaje a esquiar tampoco concordaría con la intención del Rey mas nuevo del mundo de acercar la Monarquía al pueblo. Se ha informado que 'Charles' incluso quiere romper con la tradición del atuendo de coronación para evitar un aspecto "anticuado". En coronaciones anteriores, el monarca tradicionalmente usaba medias y calzones de seda, a menudo usados para montar a caballo.
La reina Isabel murió a los 96 años el 8 de septiembre de 2022. Carlos, su hijo mayor con el difunto príncipe Felipe, asumió inmediatamente el papel de monarca después de su muerte.
A punto de morir por una avalancha en 1988
El 10 de marzo de 1988, el por entonces Príncipe Carlos, el Comandante Lindsay y sus amigos de toda la vida, Charles y Patti Palmer-Tomkinson, decidieron salirse de las pistas señalizadas de Klosters para bajarse el Wang Run, un trazado clasificado como "negra" sólo apto para los esquiadores expertos y considerada una de las pistas más peligrosas de Europa.
El Wang Run se había abierto ese día por primera vez esa temporada, pero un periodo de calor había seguido a otro de fuertes nevadas, hizo que el Instituto Federal Suizo de Avalanchas advertiera del peligro de avalanchas por encima de los 1.600 metros en la zona. El Wang está a más de 2.000 metros de altura.
Al parecer, el grupo, acompañado por un guía y agentes de seguridad suizos, estaba tomando un atajo por la montaña para iniciar un tercer y último descenso hacia las 14.45 cuando se produjo la avalancha. El Príncipe consiguió esquiar hasta un lugar seguro, pero el Comandante Lindsay y Patti Palmer-Tomkinson cayeron 400 metros ladera abajo por la pared de nieve y hielo.
El guía que iba con ellos utilizó un equipo de detección para localizar a Palmer-Tomkinson y, con la ayuda del Príncipe y otros miembros del grupo, la sacaron de la nieve con sus propias manos. El guía le practicó la respiración boca a boca antes de trasladarla en helicóptero al hospital de Davos, con las dos piernas rotas y un pulmón colapsado.
El grupo también consiguió sacar de la nieve al Comandante Lindsay, de 34 años, que lamentablemente había fallecido. El Príncipe estaba "muy angustiado" y conmocionado, pero pudo caminar hasta el helicóptero que lo sacó de la montaña. La comitiva Real regresó al aeropuerto militar RAF Northolt dos días después de la tragedia.
Según declaraciones de la policía por aquel entonces y del propio piloto del helicóptero de rescate, el Príncipe Carlos debió de estar "bastante cerca de la avalancha, a pocos metros de la muerte cuando se produjo la avalancha".
Gran parte de los medios de prensa y comunicación cuestionaron la elección de la pista de esquí. Expertos citados por The Daily Telegraph calificaron sus acciones de "idiotas y peligrosas", mientras que The Times afirmó que se abriría una investigación en Suiza para determinar qué hacía el grupo en una zona tan traicionera de la montaña.
El grupo real, del que también formaban parte Diana, Princesa de Gales, y Sarah, Duquesa de York, (y que ese día se quedaron en el chalet) regresó al Reino Unido al día siguiente, volando a RAF Northolt con el cuerpo del Comandante Lindsay.
Lindsay había servido como jinete de la Reina de 1983 a 1986 antes de volver a sus deberes en el Ejército. Se había casado el verano anterior (el Príncipe Carlos y la Princesa Diana asistieron a su boda) y en el momento de su muerte su esposa Sarah estaba embarazada de siete meses. Más tarde dio a luz a una niña, Alice. Su funeral se celebró en la Real Academia Militar de Sandhurst, con la asistencia de la Reina, los Príncipes de Gales y los Duques de York.
