Hace apenas un par de semanas nada hacía pensar que nada más comenzar el otoño pudiésemos ver las primeras nieves en los Pirineos o las montañas de la Cornisa Cantábrica. Hacía días que la previsión meteorológica advertía que podríamos ver bajar la cota de nieve hasta los 2.300 metros durante estos días y parece que los modelos han acertado.
Una borrasca atlántica llegada desde el norte de Europa acompañada de una bajada de temperaturas en altura, ha permitido que se vean las primeras nevadas del otoño de 2023. Durante la madrugada del sábado al domingo se han visto nevadas que han cuajado a alturas de 2.300 metros aunque las cotas han subido rápidamente hasta los 3.000.
También en los Picos de Europa han visto caer sus primeras nevadas, y todavía en cotas más bajas. El refugio de Collado Jermoso a 2.064 metros de altura se ha levantado con una imagen blanca que ha recordado mucho al invierno. Además las temperaturas se han mantenido por debajo de registros negativos, con -3ºC.
Está siendo un final de verano y un inicio de otoño bastante movido meteorológicamente hablando, con precipitaciones muy recurrentes que están viniendo bien a las montañas. Sigue sin ser suficiente para arreglar la situación en los pantanos, pero si permite que la vegetación brote de nuevo con alegría y que aparezcan también los saltos de agua.
La previsión es que las temperaturas sigan por debajo de lo habitual durante esta semana en la península ibérica. Hasta el punto de que se espera que no haya ese famoso 'veranillo de San Martín" que tanto caracteriza la meteorología en estas fechas al levantar las temperaturas durante unos dias. Son anomalías frías provocadas por la entrada de vientos desde tierras árticas hasta nuestro país.