Hace poco más de tres años, un incendio arrasó por completo la terminal de salida del teleférico de Grands-Montets de Chamonix. Varios operarios estaban trabajando en su interior, cuando por causas desconocidas, las llamas saltaron descontroladas arrasándolo todo en cuestión de minutos. Cuando los bomberos llegaron el fuego estaba tan extendido que poco se pudo hacer por el remonte.
Dicen que las desgracias no vienen solas, y desde luego en Chamonix esto se hizo muy cierto ya que unas semanas antes tuvo que cerrar el teleférico de l'Aguille du Midi por desperfectos en su cable tractor, y pocos meses después fueron varias cabinas del Panoramic Mont-Blanc las que cayeron al suelo por la tormenta Eleanor.
Al teleférico de Grands-Montets hacía tiempo que le tocaba un cambio, aunque la decisión, que se iba demorando, ha acabado por hacerse realidad de un fogonazo. La Compagnie du Mont-Blanc, propietaria de la estación, reservó hace unos meses una partida de nada menos que 110 millones de euros para volver a levantar un nuevo y moderno teleférico que sustituya al que se quemó.
La empresa no quiere reparar en gastos. Quiere que se convierta en todo un icono de la montaña. Un lugar de peregrinación, no solo para los aficionados al esquí y el snowboard, sino también para los eruditos de la arquitectura. Por eso, se buscó un arquitecto de renombre para el proyecto, que acabó cayendo en las manos del italiano Renzo Piano.
Este arquitecto italiano es el mismo que ganó el Premio Pritzker en 1998 (conocido como el 'nobel de la arquitectura'). De sus manos nacieron proyectos como el Centre Georges Pompidou de París, la torre The Shard de Londres, la Fundación Beyeler de Basilea o el museo de la Academia de los Oscar en Los Ángeles.
Renzo Piano ha pasado horas documentándose. Estudio la historia de esta montaña, descubriendo que este lugar situado a 3.300 metros de altura fue muy frecuentado por los fabricantes de cristales en busca de minerales. Que la pirita era abundante ne la zona, y por eso el arquitecto italiano decidió que la estructura de la futura estación tendrá una similitud a los cristales de roca con inmensas placas de 2,50 metros de largo.
Por parte de la Compagnie du Mont-Blanc hay consenso para aportar esos 110 millones de euros, pero una vez Renzo Piano ya ha entregado los planos y maquetas del proyecto, deberá esperarse a los permisos de obras y ambientales. No se espera una respuesta hasta 2022.
Una vez se tengan los permisos se podrá empezar a trabajar sobre el terreno, pero dependiendo de la altura, se podrá hacerlo durante más o menos meses. Así, la compañía encargada de las obras ha explicado que,
“A 1.100 metros podemos trabajar 11 meses al año, a 2.200 metros 9 meses y a 3.300 metros 3 meses”
Parte de la inversión se destinará a construir un teleférico temporal, con un coste de 2 a 3 millones de euros que servirá para ir transportando al personal de la obra y el material hasta la cota máxima para evitar tener que usar helicópteros.
En total, la Compagnie du Mont-Blanc, cuya facturación alcanzó los 63 millones de euros en 2020, invertirá 110 millones de euros en este proyecto: 100 millones para cada una de las terminales (inferior y superior), al que habrá que sumar el teleférico y 10 millones en estudios. La reapertura está prevista para invierno de 2025.