Todos contentos con la huida de miles de ciudadanos afganos a través del aeropuerto de Kabul. Para los países occidentales ha significado la recuperación de buena parte de la inversión realizada estos 20 años en formación de técnicos y personal cualificado; y para los talibanes el que les hayan quitado de enmedio a un montón de ciudadanos occidentalizados que podrían haber encabezado protestas en el país.
Técnicos, profesores, médicos, traductores y hasta deportistas han dejado el país, entre ellos los integrantes de una futura selección nacional de esquí de Afganistán. Nadie esperaba ver a ninguno de elllos disputar el podio a Lara Gut-Behrami o Alexis Pinturault, pero era el embrión de un posible turismo del esquí algún día en la región de Bamyan.
Del 'rescate' se ha encargado Roberto Baratelli, un empresario italiano de 53 años que los conoció el año pasado. Llevaban aprendiendo a esquiar desde hacía más de una década, sin remontes y con material donado. Principalmente esquí de montaña, ya que eran ellos mismos los que se tenían que impulsar montaña arriba. Cuando esta modalidad fue incluida en las disciplinas deportivas de los Juegos Olímpicos, muchos de ellos empezaron a entrenarse para poder tratar de participar en Milán Cortina d'Ampezzo 2026..
Gracias a una gestión con instituciones internacionales, logró sacar a los 29 deportistas, que se dividieron primero en un grupo que se fue a Pakistan y otro directamente a Roma. Después una vez se logró juntar a todos, unos 22 de ellos se han quedado en los Alpes italianos, y los otros siete han pasado a los franceses. Allí seguirán su formación como esquiadores. Muchos de ellos probablemente se den cuenta que la realidad deportiva es otra y acaben dejando sus entrenamientos, y puede que alguno se quede y logre ser olímpico algún día.
Todos ellos saben inglés y los más mayores tienen formación técnica.