La ampliación de la estación de esquí de Cerler que debería estar lista para la próxima temporada de invierno, con su telesilla de seis plazas y algunas pistas, parece tener más problemas de los previstos inicialmente. Las obras para estas nuevas instalaciones se hacen en terrenos de diferentes propiestarios con los que Aramón ha ido llegando a acuerdos a lo largo de estos últimos años.
Pero aunque en general hay unanimidad en apoyar esta ampliación, todavía queda algún vecino al que el acuerdo no le satisface. Así, mientras la Asociación Queremos Futuro para el Valle de Castanesa nacía hace un año para defender el proyecto, algun vecino y la Plataforma por la Defensa de las Montañas mostraba u rechazo.
Así, ante la urgencia de empezar a hacer las obras antes de que caducaran diversos permisos y estudios, la DGA dictaminó hace unas semanas una expropiación con caracter de urgencia de los terrenos que todavía quedan en liza con sus propietarios.
Es así como las máquinas empiezan los primeros trabajos. Según Aramon, de momento se está trabajando en la limpieza de los caminos de acceso, pero a juicio de uno de los propitarios terreno, se está excavando con máquina percutora.
El pasado martes alguien llamaba al propietario de uno de estos terrenos sobre el que pesa una expropiación forzosa para alertarle de que se estaba trabajando en su propiedad. El miércoles 26 este hombre se presentó en la zona afectada y junto a la Guardia Civi de Benabarre, puso una denuncia. La Plataforma de las Defensa de las Montañas le apoyó, según explica hoy El Periódico de Aragón
Esa mañana se personó una patrulla de la Guardia Civil de Benabarre, que se entrevista con el denunciante, un técnico de la empresa Aramón, un técnico de la DGA y un operario, a la entrada de la localidad de Castanesa.
En dicha conversación, el técnico de Aramón manifiesta que efectivamente se encuentra una máquina en las proximidades del mencionado terreno, trabajando en la limpieza de la carretera ya construida. Pero horas después el denunciante se desplaza a la zona afectada, toma fotografías, y alega que la máquina no está limpiando, sino trabajando con el percutor en la finca mancomunada, en la que no tienen permiso de la totalidad de los propietarios para su explotación.
Asimismo, se recoge una conversación entre el operario de Aramón y su encargado, que le habría trasladado que la máquina no para de trabajar por ninguna circunstancia. A preguntas de la Guardia Civil, se explica en la denuncia que no todos los vecinos se oponen a la expropiación, sino algunos propietarios y un par de asociaciones. El objetivo de los denunciantes es que se paralicen las obras para evitar daños irreparables hasta que la Justicia resuelva sobre la expropiación.