Todo comenzó con una fiesta de cumpleaños de uno de los empleados. Fuera de horario de trabajo, pero suficiente para que un positivo contagiara al resto. De la media docena de positivos iniciales, rápidamente saltó a la veintena. Sumados a los que se detectó también en Arinsal, llegaron a un pico de 70 afectados enrte ambos complejos invernales.
El susto ya ha pasado. Según cuenta altaveu.com/ quedan 36 positivos controlados por el Ministerio de Salud, por lo que se da por controlado el brote. El número de contagios subió rápidamente porque cuando se detectaron los primeros casos no se estaban haciendo los aislamientos correspondientes ya que muchos no sabían que eran portadores del virus COVID-19.
Ahora Grandvalira procede a la apertura gradual de los puntos de restauración. A lo largo de estos días que se han mantenido cerrados, se ha ido realizando tareas de profunda limpieza con productos de desinfección.
Lo que no se se sabe es cuantos de estos locales se abrirán, ya que la estación quiere cerrar el próximo día 31 de marzo, según apunta el Altaveu. La situación actual de movilidad no permite alargar mucho más la temporada sin perder más dinero todavía. Además las temperaturas de estos días ha cambiado las condiciones de nieve. En una campaña de invierno normal se hubiera puesto en marcha el sistema de producción de nieve de cara a la Semana Santa, pero no están las cosas para hacer más gastos.