De todas maneras la cara negativa es el impacto económico que tiene para el sector este confinamiento perimetral de la comarca, que se alargará, como mínimo, hasta el día de Reyes. El director de Masella, Sergi Tarrés, lamentó que ahora tengan que "pagar las consecuencias" cuando todas las estaciones de esquí catalanas (la mayoría de ellas, gestionadas por la empresa pública FGC) acordaron abrir el 14 de diciembre para frenar la movilidad en el Pirineo durante el puente de la Purísima.
Por su parte, trabajadores vinculados al sector de la nieve, como las escuelas de esquí, han asegurado que las nuevas restricciones los abocan "a la ruina" y criticaron que las ayudas anunciadas por el Gobierno sólo han tenido en cuenta dos semanas de cierre y no la facturación real de este periodo, que equivale a tres meses.
Mientras tanto, esquiadores del área metropolitana de Barcelona que se habían desplazado a la Cerdanya a principios de esta semana para disfrutar de unos días de esquí han reconocido que los están aprovechando "más que nunca", porque se han encontrado con estaciones medio vacías y sin cola para coger los remontes, según han explicado a la ACN. Todos coinciden en destacar que han querido venir porque, a raíz del confinamiento perimetral de la comarca, no saben cuándo podrán volver.