Un esquiador del OSV da positivo por COVID y tambalea el sistema de entrenamientos
Por razones de privacidad no se ha dado a conocer el nombre del corredor, pero se sabe que está en al grupo de velocistas de los hombres. El deportista ya está apartado del grupo y ha comenzado su cuarentena. El problema es que no se sabe si puede haber afectado al resto de compañeros y se hablaba incluso de acabar hasta los entrenamientos.
Todo un efecto dominó que prueba la fragilidad del fino hilo que mantiene una instalación o sistemas de trabajo en plena era coronavirus.
Peter Schröcksnadel, Presidente de la OSV ha diseñado junto a su Director Técnico Toni Giger, un completo sistema de trabajo para aislar a los corredores de un posible contagio de coronavirus. Toda una burbuja que por lo que se puede ver ha sido imposible de mantener.
Todos los corredores de la federación antes de salir a Kaunertal debieron hacerse pruebas de coronavirus, y repetirlas al llegar al glaciar. Al acabar los entrenamientos de nuevo se les hace un test en el apartamento, donde hacen su estancia para estar más aislados que en un hotel. Esta operativa se hace cada día mientras se mueven todos en un grupo sin contacto con personas ajenas. Los movimientos en el glaciar se hacen en moto de nieve. En total se calcula que se ha hecho unos 1.400 test PCR para algo menos de 50 personas que componen el grupo.
Pese a todas estas medidas el corredor logró llegar sin que se detectase el COVID, y pese a las facilidades que puso el esquiador para hacerse las pruebas. Al parecer se pudo contagiar en un centro de entrenamiento privado de Salzburgo, lo que demostraría la capacidad de viajar el virus sin ser detectado en distintas pruebas.
De momento parece que los entrenamientos van a seguir, ya que otra de las medidas que se tomaron fue dividir a los corredores en grupos separados. De esta manera si se detectaba un positivo, solo había que aislar a un número reducido de personas. Pero la fragilidad que demuestra el sistema, hace crear más dudas de hasta que punto se puede disputar un circuito de Copa del Mundo de esquí alpino con un mínimo de garantías de que no se verá interrumpido. Una situación a la que se enfrentan otros deportes profesionales que inician sus entrenamientos y competiciones estos días.