La realidad es que White Pine siempre tuvo problemas financieros. La estación abrió sus puertas en 1939 como Surveyor Park Ski Area. Sin duda una de las pioneras del país en el sector del esquí. Por esas fechas se estaban desarrollando muchos complejos invernales en la costa este, cerca de Nueva York. También en las Rocosas. Una aquí, otra allá, siempre accesibles mediante el tren. Quizás el hecho de estar en Wyoming, lejos por entonces de una gran ciudad hizo que no acabara de funcionar. Tras varios propietarios en 1960 se la bautizó como White Pine.
En 1988 cerró, hasta que en 1999 un grupo de inversión la revivió pensando que al estar cerca del Yellowstone Park en invierno atraería bastante esquiadores, pero en 2011 hartos de unas temporadas bastante justitas, pasaron los activos a un grupo de empresas locales que bajo el nombre de Ciudadanos para salvar White Pine sacó al complejo invernal de la bancarrota y volvió a abrirla, aunque solo aguantaron una temporada más.
Y es así como en 2014 la logran colocar a un venerable matrimonio de jubilados enamorados del entorno y con nuevas ideas para desestacionalizar el complejo invernal. Lo promocionan como espacio para bodas en verano. En Estados Unidos este tipo de negocio en las estaciones de esquí es muy común. Tanto es así que muchos se han atrevido incluso a ofrecer este servicio en pleno invierno. De ahí esas imágenes que vemos a veces de una pareja vestida con traje nupcial, esquís y botas bajando alguna pista.
La cuestión es que cuando un circo tiene gafe, no hay nada que hacer. En 2019 un incendio se lleva por delante todos los edificios... incluso el que habían reformado para acoger las bodas en verano!.
No hay problema. Dijeron que adelante, que esta temporada iban a abrir aunque fuera sin edificios. Que montarían una carpa para dar comidas y bebidas y venderían los forfaits desde alguna caseta prefabricada. Y para este verano de 2020 cuando se acabase la temporada, comenzarían de nuevo a reformar los edificios.
Pero nuestro entrañable matrimonio de jubilados no contaban con que los dioses no descansan, así que ahora se han topado con una pandemia mundial que ha obligado a cerrar las estaciones de casi todo el mundo. Ellos han aguantado, aunque la afluencia de esquiadores ha bajado mucho y no venden comidas. Hay 15 casos de COVID-19 en todo el estado de Wyoming, aunque es cierto que solo han realizado 106 pruebas. Pero de momento en White Pine y alrededores no han detectado ningún portador y nadie les ha obligado a cerrar.
Se unen así a un puñado de estaciones en Norteamérica, casi todas de pequeño y mediano tamaño, que se mantienen abiertas estos días. Eso si, los propietarios de White Pine han decidido echarle algo de humor a la vida y estos días están regalando un rollo de papel higiénico por cada forfait que se compre. Porque si bien todavía el coronavirus por allí no se ha desbocado todavía, la fiebre por tener las nalgas en perfecto estado sí que se ha contagiado entre los wyominguitas...
¡Ah! Los Blackburn venden White Pine. Han tirado la toalla...